Los labios de Olivia temblaron al escuchar las palabras desenfundadas de su hermano. —¿Qué has dicho?—Preguntó ella muy sorprendida. Edward podía ver la mirada angustiada de su pobre hermana, pero para él, no había otra opción más que emparejarlos antes de que ese rey encontrara a otra mujer noble dispuesta a casarse. —Solo piénsalo Olivia, si te casas con él, serás nombrada reina de Sajir, ese hombre…, escuché que irá a pelear en nombre del rey de Mercia, otro aliado más, ¿Has visto como luchan?, son como enormes gigantes que no le temen a la muerte, si ese hombre se va sin ninguna propuesta de matrimonio, volverá al reino con una esposa embarazada y lo sabes. —No puedo, él mató a nuestro padre él… —Entonces serás humillada, despojada de tu título y tal vez colgada por traición. —Jam