Lo que reconstruimos ©
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-DAVID-
¿Cuántos días puede pasar Fátima ignorándome?, ¿cuatro?, ¿cinco más?, de verdad que esto se ha vuelto una tortura donde lo único que puedo hacer es verla comer a mi lado para luego desaparecer el resto de día.
De pronto la casa se me hace muy grande, hay demasiados espacios vacíos y mucho frío, aunque el calor empieza a hacer su aparición de a poco. Me consuela escuchar la risa de David de nuevo una que sé Fátima ha traído de vuelta, y que yo tengo prohibido volver a robar.
Ahora suelo dejar la puerta abierta de la oficina para escucharla, reírme con sus ocurrencias mientras yo soy un idiota fingiendo leer un libro, aunque por mi mente no puedo dejar de pensar cómo me reconciliaré con ellos. Ser
