3; Cena familiar incómoda.

2982 Words
La clase termina y agradezco infinitamente que así sea. Ni siquiera recuerdo la mitad de lo que hablamos. Es tan frustrante pensar mientras debes aprender. -Wen, muero de hambre. -se queja Fiorella. -Yo también. -concuerdo. -¿Buscamos a los chicos? -Tal vez ya están en el comedor. Vamos en busca de Diego y Raphael, ¿a veces me pregunto por qué demonios nuestras madres utilizaron dos nombres en lugar de uno? Mi madre me llama por el segundo cuando está molesta, odio que haga eso por que odio mi nombre. Un golpe en mis costillas me saca de mis raros pensamientos, miro a Fiorella que mira atentamente hacia el pasillo. -¿Raphael? -susurro. Raphael se encuentra en el pasillo hablando animadamente con Marie, una chica de nuestro grupo, algo dentro de mi se retuerce al ver que la muy coqueta se le cuelga del cuello y succiona sus labios. Trago amargo y la escena me sabe mal. En ese momento algo horriblemente perverso comenzó a crearse en mi mente, tal vez una dolorosa manera de quitar esa cabellera oxigenada de Marie cabello por cabello, Fiorella nota mi reacción y hace algo que no me esperaba... -¡William Raphael! No te vamos a estar esperando aquí todo el día. -grita con fuerza Raphael separa a la sanguijuela y nos mira a nosotras, le da una mirada seria y esta sólo sonríe satisfecha. -Adiós Raphael. El sólo la vuelve a taladrar con la mirada y esta pasa por a un lado de mi y susurra un "es mio, Armani" de manera amenazante. Raphael camina hacia nosotras y besa en la mejilla a Fiorella quién lo mira confundida, imita el movimiento pero antes de que se acerque lo detengo. -No se te ocurra poner tus labios en mí. -Pequeña por favor, no te enfades. -¿Qué te hace creer eso? Sólo, no quiero que las malditas bacterias que la coqueta de Marie te dejó se adhieran a mi, es todo. Fiorella y Raphael me miran sorprendidos y es lógico, jamás le había hablado así. -Wen creo que hoy no es un buen día para ti, ¿dejémoslo, sí? Siento esa maldita opresión en el pecho. No puedo comportarme así. -Lo siento, no debí portarme así. -No te preocupes, y en mi defensa debo decir que ella me besó. Miro sus ojos y puedo ver que dice la verdad, por un momento esa sensación de alivio me relaja, ¿Por qué? En mi defensa diré que lo quiero mucho, porque es mi amigo y ella no se lo merece. Mi yo cuerda me mira con cara de "ajá, amigo" No sé por cuanto tiempo nos estamos mirando pero me pareció que se detenía el tiempo, esa leve sonrisa formada en sus labios, su mirada, ¡Mierda! Esto es genial. -Hey, nos vamos a comer muero de hambre. -dice Diego llegando detrás de mi. Rápidamente alejo mis ojos de Raphael y me enfoco en Diego, quién me sonríe plácidamente sólo como él sabe hacerlo. Abre sus brazos y no dudo en enredarme en ellos. -¿Estas sonrojada muñeca, debo estar celoso? -susurra en mi oído. Me separo de él y con una sonrisita nerviosa niego con la cabeza. -Hey eso no es justo, yo también quiero un abrazo. -se queja Raphael. Imita la acción de Diego quien duda para dejarme ir, camino hacia Raphael y lo abrazo, siento su calidez y puedo escuchar el latir de su corazón. -Lo lamento pequeña. -Yo tambien. -Amm, creo que, bueno... Los espero en el comedor. -anuncia Fiorella. -Hey Raphael, Fiorella quiere un abrazo. -señala Diego con complicidad. Raphael besa mi frente y junto con Diego abrazan a Fiorella quién ya esta más roja que un tómate, yo sólo puedo observar la escena divertida, no sé que haría sin mis amigos. * * * -¿Qué usaras esta noche Wen?-pregunta Fiorella quién se encuentra acostada en mi cama. -No lo sé, ¿y tú? -No lo sé, esperaba que me prestaras algo. -Elige, ya sabes que mi ropa es tu ropa, sólo qué, te debo los zapatos. -Le diré a mamá que me traiga unos. -Si pudiera me escapaba por la ventana, no quiero estar en la cena, fingiré estar enferma. -Wen, ya lo hiciste la vez pasada, y el hijo de fernandez... -Salió de una conferencia por venir con urgencia a verme. -termino por ella-. Lo sé, pero no me gusta qué... hago una pausa. -Wen, ya sé que Nayma y Zoé no te caen bien, pero deberías tratar de llevarte bien con ellas, o por lo menos con Zoé que es de la familia. -Lo sé, pero, ellas son tan malvadas, superficiales y se sienten intocables, además son tan huecas, no lo puedo evitar, además son una perras contigo, ¿por qué lo soportas? -Bueno, porque son familia. -Ay amiga, eres tan linda. -Sé a que te refieres, a veces también quisiera ahorcarlas, arrancarles los ojos y desinflarles esos labios, pero en fín, soñar no cuesta nada. -Me caes aun mejor cuando tu Fiorella salvaje surge del interior. Reímos ante el comentario, nos dispusimos a seguir con nuestra importante tarea de lucir excepcionales esta noche. * * * -Fiorella, Wendy, bajen ya o se hará tarde. -pide mi papa detrás de la puerta. -Ya vamos. Termimanos de dar los ajustes y sonreímos encantandas, bajamos las escaleras y estaban los padres de Fiorella y los míos, mi madre como siempre lucía hermosa, aún se veía radiante, jovial, algo que no muchas mujeres arriba de los cuarenta logran, excepto ella y mis tías. -Se ven hermosas esta noche. -nos elogió mi padre. -Gracias tío. -responde mi prima como tomate. -Gracias papi hermoso, tú te ves muy guapo. -Yo siempre he sido guapo princesa. -me guiña un ojo divertido. Esta noche Fiorella luce un impresionante vestido blanco hasta las rodillas, entallado y con escote en corazón, simplemente se le ve divino, yo por el contrario, llevo un vestido azul oscuro, es un poco más corto que el de mi prima y tiene un escote en la espalda, normalmente mi padre odiaria este vestido pero esta noche no saldré de casa, asi que es pasable segun él. De a poco fueron llegando los padres de Raphael y los de Diego, Ali y Khim mejor conocidas como "mis tías" lucen espectaculares. Diego y Raphael lucen elegantes al igual que James y Camilo, ahora veo de donde les viene lo galán. Saludan a mi madre con efusividad, tantos años de amigos, y aún se llevan bien. Me pregunto como se conocieron, jamás me han contado eso. -Hola pequeña. -saluda Raphael sobresaltandome. -Ay por el cielo, me espantaste. -confieso-. Hola Raphael. Él me abraza y acaricia mi espalda acción que me eriza la piel. -Te ves muy bonita esta noche. -Gracias, tú también te ves muy bien. -Hey enana. -Diego me arrebata literalmente de los brazos de Raphael. Él me hace una seña de ir a saludar a Fiorella quien ya se encuentra platicando animada con Alí, asiento y este se va. -Te ves divinamente hermosa muñeca. -asegura Diego presionandome contra su pecho. -Gracias. Tú te ves también muy guapo. -Sabes, te queda perfectamente ese vestido, me gusta. Diego besa mi mejilla y de nuevo lo hace peligrosamente cerca de mis labios. Estoy a punto de decir algo y mi padre interrumpe. -Sólo porque eres el hijo de mis mejores amigos Diego, de lo contrario no dejaría que abrazaras tanto a mi princesa. -Louis, un gusto volver a verlo. -dice sonriendo. -Vamos la cena esta a punto de ser servida. Diego toma mi mano y vamos de camino al comedor y mi padre lo detiene. -¿Princesa puedo hablarte un segundo? Suelto la mano de Diego y le pido que me guarde un lugar. -¿Qué pasa papi? -Nena, quiero pedirte que trates de ser amable con Zoe, ¿si? -Si papi precioso, lo haré. Él me sonríe y me mira con sospecha. -Es sólo una noche, se buena chica, hazlo por papi. -Esta bien papi, sólo porque te amo. Nos dirigimos al comedor y puedo notar que ya todos estan en la mesa. Y por supuesto, Zoé esta a un lado de Raphael y Nayma a un lado de Diego. Hay una silla vacía y como si el destino se empeñara en hacerme sufrir esta entre Diego y Raphael. Tomo asiento y comienzan a servir la cena, pasa tranquilamente hasta la hora del postre en donde empieza el martirio. -¿Y cómo vas con la abogacía Zoé? -pregunta mi padre. -Excelente tío Louis, el tío Saíd me ha enseñado mucho. -Que bueno, me alegro, ¿y qué hay de ti Nayma? -Bueno, pues hace una semana estuve en París en una pasarela como fotógrafa. -Tu padre estaría orgulloso de ti. -Lo sé y es por eso que lo hago, por él. -¿Y ustedes chicos, seguirán con el despacho de abogados? -cuestiona el padrastro de Nayma. -No, por lo menos yo no señor y aunque me encantaría seguir con el negocio familiar tengo planes por mi cuenta. -¿Qué carrera concluyes Diego? -Ingeniería Petrolera. -Vaya, un ingeniero en la familia de los Lagun, excelente, ¿y tú, Raphael? -En comercio internacional y administración de empresas. -Vaya, eso es un poco alejado del negocio. Deberían seguir el ejemplo de sus padres, esas carreras son una perdida de tiempo y dinero. Camilo y James se miraran cómplices... Casi puedo ver a Diego y Raphael en ellos. -Pues si le soy honesto yo creí que la abogacía era una perdida de tiempo en su momento y si Diego quiere ser ingeniero pues Alicia y yo lo apoyaremos -asegura Camilo con amabilidad. -Concuerdo contigo hermano, creo que nosotros elegimos y hasta hoy nos ha ido genial, así que no puedo pedirle a mi hijo que haga algo que no desea. -agrega James. -Es verdad, es como si le dijera a mi princesa que fuera abogada sólo porque yo lo soy, o que sea emprendedora con una línea de los mejores gimnasios del pais sólo porque su madre lo es, ¿no es así, nena? -Asi es, además no es como si me gustara la abogacía. -respondo. -Tal vez no tienes lo que se necesita para serlo Wandy. -responde Zoe. -Es Wendy y quizás no tenga lo que se necesita como tú dices. Pero quiero tomar mis propias decisiones, quiero hacer lo que a mi me guste no lo que los demás crean que es correcto. -Pues tal vez tu trabajo ideal sea ser ama de casa solamente. Creo que no te veo futuro siendo profesionista en algo serio. -ataca Nayma y Zoé ríe. Todos en la mesa se quedan en silencio, yo estaba que ardía de coraje, sabía que no debía seguir con el juego pero esto era demasiado. -Pues tal vez como cirujana plástica pueda ejercer, digo sería un beneficio para mi familia incluso ustedes, botox gratis, tetas falsas, retoques y porque no, puedo irme por el lado de la cirugía craneal, podría ofrecerles una operación de cerebro, que buena falta les hace. Diego y Raphael rieron por lo bajo al igual que mi tía Khim y mi madre. -Permiso, estoy satisfecha, iré afuera tal vez encuentre un esposo. Corrí la silla y salgo del comedor con una sonrisa triunfal, aunque por dentro quería asfixiar a ese par. Camino hasta el jardín y me detengo a observar la fuente de agua, recuerdo cuando mamá y yo decoramos el jardín que a mi abuela siempre le gustó. Siento unos brazos al alrededor de mi cintura, me tenso un poco pero después sé perfectamente de quién se trata. -Soy yo tranquila. -anuncia Raphael poniendo su barbilla en mi hombro. -Lo sé, pude olerte. - confieso y él ríe. -¿Tan mal huelo? -No seas tonto, es tu perfume. -Menos mal fue eso por que no me bañé hoy. Reímos y me quedo quieta en sus brazos. -Las odio. -confieso. -Lo sé, pero como siempre esa boquita tuya supo como ponerlas en su lugar. Reí ante el recuerdo de esas dos con cara de bobas, el botox se les fue a la cabeza. Raphael acarici mi vientre formando pequeños círculos al rededor de mi ombligo. -Me haces cosquillas Raphael. -Eso no era lo que pretendía pequeña. Suspiro y siento ese vómito verbal atorarse en mi garganta. -¿Raphael, Marie es la chica en quien estas interesado? -No Wen, ella no le llega ni a los talones a la chica que me roba el sueño. Frunzo el ceño y me zafo de su abrazo. Siento. De nuevo esa sensación que me quema. -Vaya, ¿te gusta mucho cierto? -No tienes idea, me gusta ya hace meses incluso. -Creo que debo irme. -anuncio algo disgustada. -¿Por qué? ¿No te gusta mi compañía? -Sí me gusta, pero no quiero seguir hablando, estoy cansada, disculpame con todos ¿sí? -Wen... tú... Antes de que dijera algo más camino hacía el interior de la casa, subo a mi habitación, no quería seguir escuchando a las patéticas de Zoé y Nayma, tampoco queria escuchar más sobre la chica que le roba el sueño a Raphael. Empiezo a sentirme muy confundida con todo esto. Debería estar feliz por él pero no es así. Raphael Río sin ganas, esa Wendy puede ser tierna cuando quiere y en cuestión de segundos cambiar por completo, entro a la casa y me dirijo al comedor en donde Nayma esta al acecho de Diego. -¿Dónde esta Wendy? -pregunta mi madre. -No se siente del todo bien, ella subió a su habitación. -respondo mientras me siento en el lugar de Wendy. -Iré a ver que le pasa. -No se preocupe Khim, ire yo. -se ofrece Diego. -Diego. -lo detiene Louis. -¿Señor? -Déjate de tonterías Diego, sólo Louis, y consiente a mi princesa, si esta muy mal me dices y le hablaremos al hijo de Fernández. -Si Louis, lo haré. Diego camina hacía la habitacion de Wendy mientras la cacería comienza en la mesa. -Raphael ¿y tú no tienes novia? -pregunta Saíd, el padre de Fiorella. Mi madre me mira risueña esperando respuesta. -No señor Saíd, aunque debo confesar que estoy interesado en alguien. Mi mamá pone ojos de ensoñación y me sonríe. -¿Y se puede saber quien es la afortunada? -Pregunta Zoé acariciando mi brazo. -Es una chica del instituto. -Y supongo que ella debe ser muy celosa así qué, deja de manocear a mi pequeño sobrino querida Zoé. -dice Ali con una sonrisa traviesa. -Creo que Raphael debería ser quién se incomode señora no usted, o en todo caso su madre. -Zoé, esas no son maneras de contestar. -le reprende Marlene. -Y bien Raphael, ¿ya es formal lo tuyo con esa chica? -pregunta Zoé ignorando a su madre. -No, aún no, pero eso no le quita que sienta un interés por ella. -Espero que sepas respetarla Raphael. -Claro que sí Louis, si algo he aprendido de mi padre, mi padrino y de usted es eso, respetar a las mujeres. -Vaya, eso es bueno, mereces una buena chica, eres un gran hombre Raphael. Agradecí el cumplido y luego todos centraron su atención en otras cosas, Zoé platicaba con Nayma, los mayores entre ellos y Fiorella y yo aunque si bien no le ponía mucha atención a la loquita de Fiorella, estaba pensando en Diego y Wen, ¿Qué estarán haciendo? Diego Salgo del comedor librandome del constante interrogatorio que hacen todos ahí, subo las escaleras hacía la habitación de Wendy, toco levemente y sólo recibo un adelante de su parte, cuando entro, la encuentro acostada en su cama, mirando hacía el techo. -¿Te sientes mal enana? -Un poquito. -Tu papá quiere que llame a Romel. -No, no lo hagas, en realidad sólo quería salir del comedor, no soporto a Nayma ni a Zoé. Me siento en la cama poniendo sus piernas sobre las mías. -Lo sé, ni yo las aguanto, tuve que huir de ella, por eso vine a verte. -¿Sólo por eso viniste? -No, también quería preguntarte algo. -¿Qué? -Hay una chica que me gusta. -Ajá. -Pero no sé como acercarme a ella. -Eso es raro, normalmente siempre sabes como abordar a una chica. -Si, pero ella es diferente, no la quiero sólo por diversión, en realidad me interesa, y temo que no me acepte por la fama que me he creado. -Habla con ella, dile lo que sientes, si ella siente algo por ti pues tal vez pueda confiar en ti. -Enana, ¿tu confiarías en mí? -Yo confío en ti, tonto. -Pero sí, bueno, no fueras mi amiga y te pido que seas mi novia, ¿confiarías en mí sabiendo como soy? -Tal vez tendría dudas al principio, pero después analizaría las cosas y si me estas pidiendo algo serio y formal confiaria en ti, porque no a cualquiera le pides que sea tu novia, ¿o sí? -Exacto, no a cualquiera. Miro a Wen quien sonríe levemente. -¿Qué pasa? -Nada, es sólo que creo que a ti y a Raphael les ha dado la misma enfermedad. -¿De las chicas? ¿Qué te dijo él? -Pues que estaba interesado en una chica desde hace meses y ahora tú me dices que hay alguien también y bueno, sólo falta que Fiorella diga lo mismo. -¿Wen, qué te preocupa? -Ya no tenerlos conmigo. La siento y la abrazo a mi pecho, acaricio su espalda con la yema de mis dedos, la miro directo a la cara y acuno sus mejillas con mis manos, pego mi frente con la suya y rozo su nariz. -Nunca pienses en eso de nuevo, yo no sé si Raphael se alejaría de ti por tener novia, pero yo no, no podría. -¿Lo prometes? Niego con la cabeza. -Lo juro. Wendy pone su mano en mi mejilla y la acaricia dulcemente. -¿Diego, quién es ella? -Ella es... -Diego es hora de irnos... -grita mi madre. -Adiós Wen. -Adiós Diego.
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