Después de buscar sus chocolates por todos lados, Sofia finalmente le preguntó a Philip, quien le confesó que Connor los tomó, al saberlo, la chica se quedó completamente atónito, ¿Ese hombre había robado sus chocolates?
¿Qué está pasando en su cabeza? ¿No puede dejarme ser feliz? Pensó la mujer.
Con el ceño fruncido, Sofia se acercó a Connor, tan pronto como lo vio disfrutando del chocolate, frunció el ceño, ¡Pero que descarado!
–¿Por qué te estás comiendo ese chocolate?
En lugar de responder, Connor se metió otra bola de chocolate en la boca.
–¡Connor! – chilló, viéndolo actuar como un niño maleducado.
Connor frunció el ceño, una de sus manos se levantó para frotarse el oído.
–Esto es una oficina, no un zoológico. ¿Por qué gritas así?
Sofia levantó ligeramente la barbill
