—¡Nany, mamá y papá llegaron! —grita Nicolette.
—¡Yo también quiero! —grita Marco y se escucha como corre hasta que llega junto a su mamá.
—Ciao mio amore! (¡Hola, mi amor!) —saluda Dante a nuestra hija y se agacha para recibirla cuando llega emocionada a conocer a su hermanito.
Estoy agotada, pero inmensamente feliz de tener en mis brazos a Luciano, nuestro “portador de luz” y en los brazos de mi esposo está nuestra pequeña Carina, que estira su cuello curiosa, para conocerlo.
Nicolette tiene alzada a su pequeña Anette, quien es mayor que Luciano por solo tres meses, se acerca a mí y como puede me da un abrazo de esos que siempre me han dado paz.
—È bello (Es precioso) —nos dice mientras mira a nuestro bebé profundamente dormido.
—Grazie —comento y empiezo a llorar de la emoci
