No creí que fuéramos a tener luna de miel, pero estaba muy equivocada, porque cuando mi prima y Ricci se acercaron a nuestra mesa en la recepción del matrimonio y estiraron ante nuestros ojos un sobre que capturó toda nuestra atención, lo que menos esperaba era ver dos tiquetes de avión a Córcega y una reserva de una cabaña con piscina privada. Definitivamente tenemos a los mejores amigos que podríamos haber pedido, porque no sé en qué momento se ocuparon de que nuestro equipaje estuviera listo para que saliéramos directo a nuestra Luna de miel. No lo podía creer, estaba demasiado emocionada y admito que nerviosa por pasar de ahora en adelante tiempo juntos como marido y mujer… El resto de la celebración se me hizo eterno y no porque estuviera aburrida o algo por el estilo, y