Luz se metió a la ducha, se secó el cabello con cuidado, luego se hizo un peinado sencillo, se maquilló lo mejor que pudo y se puso el hermoso conjunto que hace tiempo no vestía. Se veía perfecta. A las 19:45, bajó las escaleras de su casa sólo para encontrarse con David esperándola con una sonrisa, vistiendo un hermoso esmoquin color azul marino que lo hacía ver muy gallardo.
—Te ves hermosa, Luz Ruíz de Con.— Le Dijo David mientras ella se sonrojaba.
—Gracias es un vestido que mi madre me hizo.
—Pensé no habías recibido mi mail.
—Te dije que era lo mejor, mucho más rápido y los leo sí o sí, no soporto ver un mail sin leer. — Contestó.
David lazó un pequeña risita y luego la tomó de la mano.— Tu padre me llamó, me dijo que no podía llevarte porque estaba comprándole ropa a Sabina.
