Angelica White Entro al baño con el corazón en un puño, con las manos un poco temblorosas y no sé bien el motivo. «¿Por qué menciona el souvenir? ¿Por qué me recomienda llevarlo?». No me molesta que me haya dado algo tan tierno y ridículo a la vez, en lo absoluto, pero lo que sí me causa, es curiosidad. Porque no esperaba eso de él, porque Curtis Wood parece hecho para otro tipo de regalos. Collares de perlas, diamantes, autos, lo que sea que entreguen los hombres que viven entre torres de mármol y lujos europeos. Pero no un llavero de un alce con cara simpática y patas flacuchas. Y a pesar de eso, de que sé que tiene cómo brindarme lo que desee, porque él mismo me lo ha hecho saber, a pesar de que es evidente que vive acostumbrado al lujo… me dio e insistió en que tuviera ese recuer