SEKAN Cierro el portátil dejando los asuntos del trabajo para cuando lleguemos a Belgrado negándome a perderme un segundo mas la escena frente a mí. Parpadeo varias veces asegurándome que es real, pero la melodiosa risa de mi hijo solo lo confirma. Observo con el corazón a desbocado a su madre hacerle cosquillas lo que solo aumenta la risa de esa personita que desde el primer momento en el que supe que es mío, se convirtió en parte importante de mi vida. Pero la causante de que el corazón se me quiera salir del pecho es la pelirroja que no deja de sorprenderme. Debo admitir que desde que me confeso lo que hizo me siento molesto por no recordar lo que sucedió aquella noche. Sin embargo, ahora entiendo lo que sentí cuando la vi en el jardín y por que todo cambio desde entonces. Los