La nieve cae lentamente cuando el auto se detiene en la entra del edificio donde se encuentra mi oficina. Unos segundos después uno de mis hombres me abre la puerta por lo que acomodo a mi hijo en brazos antes de bajar y el mismo hombre nos cubre con un paraguas en lo que me dirijo al interior del edificio seguidos de Belial. Hace dos días mi esposa tuvo que viajar para encargarse de un importante asunto relacionado con la organización de los demonios. Me sentí aterrado en el primer instante en que Orev y yo nos quedamos solos ya que era la primera vez en mi vida que me quedaba a solas con un niño tan pequeño, pero todo se desvaneció cuando el me abrazo por el cuello y me dijo que estaríamos bien. Fue divertido escucharlo porque se suponía que debía ser yo quien se lo dijera a él. sin e