06

1296 Words
ANELIS... - ... por último – digo al ingeniero y Axel – yo misma me encargaré de decorar la habitación principal.  - ¿Está segura? – pregunta Axel. - Si – sonrío – yo misma la pintaré y la decoraré, de lo pesado se encargan ustedes, es todo por hoy, mañana comenzaremos con las reformas que se terminen esta misma semana, para la próxima traer los todos los muebles y demás cosas.  - Ellos asienten con la cabeza para después cada uno se va por su camino. Yo por mi parte comienzo a caminar por la casa ya que soy la única dentro de ella, Tiago se encuentra en el auto. Camino por la casa aprovechando la tranquilidad para poder pensar, mientras recorro los pasillos pienso en que aquí es donde pasaré el resto de mi vida, aunque me cueste aceptarlo pienso en todas las fiestas que se realizarán aquí, siendo yo la anfitriona, pienso en que en este lugar se criarán mis hijos. Algunas partes de mi futuro me gustan otras no tanto, pero a mi mente viene una pregunta muy importante. ¿llegare amar a Baltazar algún día?  Camino hasta la habitación principal donde me dirijo directamente hasta la terraza para ver el atardecer. Me recuesto sobre el barandal a ver caer la noche.  No quiero ser como mi madre, no quiero ser una esposa florero. No quiero vivir preocupando por mi apariencia, o fiestas, o de un maldito jardín. Odio esto que está pasando por es el tipo de vida a la que siempre le temí.  - Aquí estas – esta voz hace que la piel se me erice - ¿pasa algo? – pregunta pero que lo haga solo hace que me moleste, por eso me vuelvo a verlo para responderle de forma mordaz, pero al hacerlo las palabras quedan atascadas en mi garganta. Se quitó la americana y la corbata quedando solo en camisa blanca con las mangas recogidas y dos botones sueltos, pantalón n***o que lo hace ver muy sexy. - No, solo veía la noche – digo ya que no sé cuánto tiempo llevo aquí. Trato de reponerme y bajo la mirada hasta una caja negra con un moño azul que sostiene con sus manos.  - Es una linda noche – responde sonriendo haciendo que mi pulso se acelere. Lo veo acercarse a mí y delicadamente me besa y me doy cuenta que sus besos comienzan a gustarme - ¿Cuándo comienzan?  - Mañana, hoy revisamos los planos y distribuimos el trabajo, quise dar un recorrido por la casa antes de irme para el apartamento. – lo veo a los ojos y por un segundo me pierdo en ellos. ¿Pero que me pasa?  - Tengo algo para ti – dice como un niño a quien están a punto de darle el mejor de los regalos.  - ¿planeas comprarme? – pregunto divertida mientras me entrega la caja, es pesada por lo que me siento en el suelo para abrirlo, Baltazar hace lo mismo sentándose frente a mí. Lo observo unos segundos sorprendida antes de volver mi atención a la caja.  - No creo que seas de esa clase de mujeres – dice mientras yo trato de abrir la caja – solo quiero que seas feliz conmigo.  Abro la caja y veo que algo salta sobre mí, me sobresalto, pero siento unos pequeños lengüetazos. Río fuerte tratando de tomarlo y al hacerlo siento morir al ver un hermoso cachorro de husky en blanco y n***o, con unos imponentes ojos azules, con manchas negras alrededor de ellos.  - Es hermoso – digo poniéndolo en mi regazo para acariciarlo. - Tu padre una vez me contó que querías uno – me sorprendo de sus palabras – pero tú mamá nunca lo permitió. Elijo un nombre. - Anubis – digo sin dudarlo. - Me parece perfecto – responde tomando mi mano – nuestro primer hijo.  - Nuestro primer hijo – repito casi en un susurro, bajo la mirada hasta nuestras manos y luego hasta el cachorro.  - Mañana antes de ir al trabajo iremos a comprar lo que él pueda necesitar – dice poniéndose de pie – hora de irnos.  Con Anubis en mis brazos y un brazo de Baltazar rodeando mi cintura salimos de la casa. Al subirnos al auto siendo su mirada sobre mi, pero me niego a mirarlo. Observo a Anubis y me confundo, que se haya tomado el tiempo de pensar en un regalo tan perfecto me deja sin palabras.  Al llegar al apartamento voy con mi bebé a la habitación mientras él va a su estudio. Me doy una ducha rápida ya que me encuentro muy cansada. Cuando vuelvo a la habitación ya con el pijama puesto, tomo a mi cachorro y me acuesto, aunque no se en que momento me quedo dormida. - Anubis, joder no me lambas la cara – escucho a Baltazar medio dormido, unos instantes después siento unos muy fríos lengüetazos en mi rostro.  - Baltazar, déjame dormir – digo medio dormida, dándome la vuelta para quedar frente a él.  - Oye amiguito ¿Por qué demonios besas a mi esposa? – abro los ojos lentamente y veo una escena muy tierna que hace que me muera de ternura. Baltazar está sentado con la espalda recostada al cabecero de la cama con el dorso descubierto, con Anubis sobre este acariciándole la cabecita, mientras mi bebé trata de lamerle el rostro.  - Buenos días – digo abriendo los ojos para verlos, Anubis viene hasta mí y se acurruca a mi lado, mientras que Baltazar solo sonríe. - ¿Cómo dormiste amiguito? – preguntó a mi bebé  - ¿sabes que no va a responderte? – pregunta Baltazar divertido y Anubis me lame el rostro.  - Viste como si me respondió – respondo divertida besando su cabecita.  Una hora después ya estamos listos para salir, decidí vestirme con un vaquero y una blusa de botones blanca, sandalias rojas y una chaqueta Gucci sobre la blusa. Me hago una coleta alta, me maquillo suavemente aplicando un labial rojo. Baltazar por su parte eligió un traje gris claro que le queda más que perfecto, una camisa blanca y corbata negra.  - Créeme que debo controlarme demasiado para no lanzarme sobre ti cuando me observas de esa forma – dice viniendo hacia mí y me roba un beso que me deja sin aliento. Cuando se aleja de mi sale de la habitación con Anubis tras él. Cuando quedo sola me abanico con la mano porque me siento acalorada y quien no con un hombre tan sensual y atractivo como mi esposo.  Salimos del apartamento y bajamos en el ascensor hasta el estacionamiento privado de Baltazar donde nos subimos a un Audi R8 n***o. Mientras él conduce yo juego con Anubis. Rápidamente llegamos a una tienda para mascotas donde compramos todo lo que mi bebé pueda necesitar, luego lo llevamos al veterinario que nos indica que todo está bien con mi bebé. Mi esposo nos lleva rápidamente hasta la casa donde ya me espera Axel para comenzar con las reformas.   - Esta noche saldremos a cenar con unos socios – me dice Baltazar mientras entramos a la casa. -  procura llegar temprano para que estés lista – llegamos hasta la cocina donde se encuentra Axel con el ingeniero. – quiero presumir de mi espectacular esposa. – sus palabras son como un fuerte golpe al estómago para mi. Lo veo agacharse y tomar a mi bebé en sus brazos para enderezarse de nuevo.  – amiguito me cuidas a tu mamá – le habla besando su cabecita. Anubis ladra haciéndonos reír. - ¿sabes? – preguntó llamando su atención – él no te responderá. – Baltazar sonríe derritiéndome por dentro.  - Nos vemos esta noche – me besa para luego marcharse.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD