-Muero de hambre Rain ¿Vamos a comer algo?
-La verdad es que también estoy hambrienta, quitarles dinero abrió totalmente mi apetito. Pero olvida que gaste mi botín, tú me invitaste.
Había terminado la noche con tres mil dólares, los cuales irían a los demás billetes que venía ahorrando para comprarme un auto. Podría pedirle un préstamo a mi padre, pero nuestra relación era distante desde hace unos años.
No era culpa de ellos, sino de Esther. Gracias a ella había preferido mudarme a tres mil ciento setenta kilómetros de distancia. Lo que ella me había hecho era digno de una harpía y el que mis padres no me apoyaran, se sintió bastante parecido a una traición.
-¿Nos desplumaste y no me invitaras ni una hamburguesa? Rayos Rainy, otras mujeres no lo dudarían. -pero las otras mujeres no eran su mejor amiga.
-Pues búscalas, ahora vamos, creo que a dos calles hay un maldito mc Donald. -enganché mi brazo al suyo y comencé a arrastrarlo por la fría noche en Detroit. - Puedo comprar una hamburguesa para ambos, pero tú te encargas de los refrescos.
-¿Te estas convirtiendo en Adkins? ¿Enserio un refresco? Por Dios Rain, quiero una maldita cerveza fría.
-También quiero una o un tequila, mejor el tequila, lo necesito después del día que pase. -no uno, sino al menos unos siete.
-Al menos ahora hueles mejor. -lo miré de reojo mientras él se reía.
-Gracias por el apoyo idiota, créeme que sé que apestaba, debí tomar dos baños. -esta vez lo acompañé cuando empezó a reír, era eso o llorar.
Luego de caminar las dos calles, se detuvo frente a un pequeño bar de muy mal aspecto.
-Este no es el jodido Mc Donald. -y me daba un poquito de nervios entrar.
-Claro que no es, te dije que tenía hambre y una simple hamburguesa del tamaño de mi palma, no me llenaría. Vamos, aquí preparan una mierda deliciosa. -mordí mi labio, intercalando mi mirada entre él y el lugar.
-¿Es un lugar seguro?
-Claro que sí Rain, vamos aún me quedan un par de dólares encima y quiero gastarlos comiendo algo contigo.
-Pero si te gané la mayor parte a ti ¿Cuánto trajiste para apostar? No debes ser imprudente Jagger, debes jugar por diversión.
-Pero sí me divertí Rain, hace mucho no me divertía tanto.
-Pero perdiste. -¿Quién se divertía al perder?
-Pase tiempo con mi mejor amiga y compañeros de trabajo, ¿No crees que sí gané algo?
-Pues así sería siempre, si no eligieras aventurarte en camas al azar. -él sabía que si me decía lo acompañaría a tomar algo o incluso a bailar, pero eran pocas esas ocasiones y a veces se tornaban un poco rudas.
-Eso mataría mi vida social...
-La s****l querrás decir. - no me pude resistir las ganas de acotar eso, sin importarme si lo interrumpía o no. -¿Nunca has pensado en la abstinencia, Jagger? No es tan malo como piensas, al menos evitas el peligro de contagiarte algo.
No tuvo tiempo a responderme, ya que una camarera no tardo en llegar a nuestra mesa. No era extraño que me ignorara y centrara su total atención en mi amigo, ya me había acostumbrado a que eso sucediera.
Jagger no tardo en decirle lo que quería, pero ella seguía sin apartar su mirada y revolotear sus falsas pestañas en su dirección. Si necesitaba otra persona que reafirmé mi seguridad, esta chica hacia un magnifico trabajo.
Cansada de esto aclaré mi garganta una vez, solo para volver a ser ignorada, aunque Jagger me dio una mirada divertida. Esto ya era ridículo ¿Qué pasaría si fuera su novia? No me quedaría otra opción que ponerla en su maldito lugar, pero como hablábamos de Jagger, bragueta popular, no iba a involucrarme.
Tomé una buena cantidad de pancitos y me recosté contra mi asiento, al parecer debería esperar que se aburrieran o llegaran a algo.
-¿Y tú Rainy, qué vas a ordenar? -miré a mi amigo con sorpresa, eso había sido rápido.
-¿Me ven? ¡Oh por Dios, debí perder mi capa de invisibilidad! Y yo creyendo que hacia un buen papel, pasando desapercibida, mientras comía mi pan. -mi comentario logro que Jagger soltará su habitual sonrisa de lado, la cual creía que haría derretir a esta chica. Pero me sorprendió cuando ella puso los ojos en blanco hacía mi.
-¿Vas a ordenar o vas a jugar? Porque estoy trabajando ¿Sabes? -la miré con la boca abierta, nuevamente Jagger iba a hacer que quisieran golpearme.
-Lo noté, no tengas dudas de eso. Y quiero lo mismo que él, solo que en lugar de la cerveza, quiero un whisky. -ella solo soltó un ruido de desacuerdo. - Y que sea doble, por favor.
Mientas ella se alejo, no pude evitar reírme. No hacia falta que me odiara, yo solo era la amiga. Pero siempre era lo mismo, miradas de odio y respuestas arrogantes y sarcásticas.
-Creí que me golpearía, cada día es más peligroso salir contigo
-Pero si no hice nada, ella simplemente se puso celosa de ti. ¿Y así quieres llevarme a ver a tus padres? ¿No te preocupa la idea de que tus conocidas quieran hacer lo mismo que esta chica?
-Ya entendí que no lo harás. Es más, no se ni porque lo sugerí, ya olvídalo. -iba a buscar otra forma, quizás aceptar conocer a uno de los idiotas que seguro planean presentarme.
-No es que no quiera hacerlo, es solo que...
-Es solo que es absurdo, ya olvídalo, nunca debí proponértelo. De igual manera buscaré la forma de solucionar esto. -bajé mi mirada, hacía el improvisado menú. -¿Qué fue exactamente lo que ordenamos?
-¿No estabas escuchando?
-Hubo un momento en que me asqueo su coqueteo y me desconecte. ¿Crees que debería comprarme un pez? -y ahí estaba sonriendo de nuevo, al menos era una buena compañía.
-Ordenamos el especial, solomillo con salsa de espárragos y papa asada. -sonaba bien, de hecho tenía ganas de probarlo.
-Solo espero no intoxicarme. Espera, de hecho espero hacerlo, eso solucionaría mis problemas.
-No digas eso Rain, deja de sonar tan pesimista. No hay problema que no tenga solución y además solo son tus padres, algún tío, nada perturbador. -así lo veía él.
-Tú tienes suerte de que tu familia te amé.
-¿Por qué lo dices Rainy? No creo que tus padres no te amen. -no estaba tan ebria como para hablar de mi relación con mis padres.
-Oh mira, ya viene la comida. -y con ella la simpática camarera.
Tal como lo imaginé, ella se quedó un rato más sacándole conversación a Jagger, mientras aproveché a terminar de comer. A pesar de mi desconfianza, esto estaba fantástico.
Luego de media hora más allí, estaba lista para irme. Jagger y la camarera cuyo nombre supe que era Alelí, habían quedado para verse a la salida de su trabajo. Al parecer no había perdido la noche después de todo.
-Muy bien, ya jugué, ya gané, ya comí y ahora me voy. Gracias por la comida Jagger, nos vemos mañana en el trabajo. -Puse un poco de dinero en la mesa y comencé a levantarme de a poco.
-Espera, te acompañaré. -comencé a negar.
-No, ya te entretuve bastante y usted señor amor, tiene un turno- señalé con mi pulgar el lugar donde Alelí no dejaba de mirarnos. - Solo usa protección.
Me incliné y besé su mejilla, antes de encaminarme a la salida. Estaba molesta, aunque sé que no debería, Jagger no tenía obligación de ayudarme y era solo una apuesta tonta.
Pero ¿Qué haría ahora? No estaba psicológicamente preparada para afrontar sola una noche con mi familia. Pero si no asistía ya serían seis años lejos. Y a pesar de que se hayan portado horrible conmigo, eran mi familia, la única que tenía.
-¡Rain, espera! - ¿Y ahora qué?
Voltee, encontrándome a Jagger corriendo tras de mi. Estaba aburrida y cansada, con suerte mañana todo se vería distinto o eso esperaba.
-No te dejaré ir sola, puede pasarte cualquier cosa. -con mi suerte no lo dudaba.
-Estaré bien, no seas tonto. Caminaré un poco y cuando me cansé tomaré un taxi. No te imaginas la cantidad de veces que me toca hacer lo mismo cuando salgo con Valery. -mi compañera de departamento, era bastante fiestera. Lo que me encantaba, ya que nunca dejaba que me deprima, siempre tenía alguna loca anécdota que me hacia estallar.
-Yo no soy Valery, a mi sí me preocupas.
-Ella también lo hace, solo que también quiere divertirse. -no podía dejar de defenderla, no cuando ella me ha acompañado todo este tiempo.
-No la defiendas Rainy, es demasiado irresponsable. Y no pienses que no te llevaré hasta la puerta de tu departamento, solo entonces estaré tranquilo.
-¿Pero y Alelí?
-No elegiré tener sexo en lugar de cuidar a mi mejor amiga, tú siempre saldrás ganando Rainy y no solo en el póker. -él era perfecto. No, no lo era, no había aceptado hacerme un favor.
Bufé, girando y empezando a caminar nuevamente hacía casa de Adkins. -¿Iremos en tu auto o vendrás por el mañana?
-Iremos en mi auto.
Pasamos el resto del camino en silencio, yo por mi parte estaba molesta y él, seguramente no entendía que demonios me pasaba.
Al llegar al auto, subí, acurrucándome en el asiento. Solo ahora me daba cuenta de lo cansada que estaba.
-Me gustaría saber por qué estas tan alejada de tu familia Rainy, siento como si fueras obligada a verlos. -de cierta manera lo estaba.
-Es complicado. Y aunque no deseo volver, las llamadas no han hecho sino aumentar y eso me lleva a pensar que algo sucede. Ya pase cinco años escapando, es momento de enfrentar a los demonios.
-Quizás no es tan malo como piensas. -centré mi mirada en la ventanilla. Él podía creer eso, pero la familia a veces, es quien más daño puede hacerte.
-Eso espero.
Y en verdad lo esperaba...