Hoy era uno de esos días en que no quería despertar temprano, sentía tanta pereza que mientras caminaba hacía la cocina no podía dejar de frotar de mis ojos el sueño y soltar bostezos
—¿Dormiste algo Rain? Luces como la misma mierda. — miré de mala manera a Valery, antes de levantar mi dedo medio en su dirección.
—Gracias—murmuré, mientras tomaba la taza de café que me entregaba. —Dormí muy poco, no lograba conciliar el sueño.
—¿Cómo te fue anoche? ¿Ganaste algo? Espero que al menos lograras olvidar el dichoso viaje. —no lo había olvidado, por eso no lograba dormirme.
—Estuvo bien, les gané bastante dinero y sigo siendo una digna ganadora. Si tan solo todo fuera igual de sencillo. Pero no, la vida me da unas cartas de mierda.
—Debes aprender a sacarle provecho a eso, no siempre son buenas jugadas.
—Eso es aún más difícil. —apoyé mi cabeza en el borde de la mesa y confesé. —Le pedí a Jagger que vaya a Portland conmigo, no solo eso, sino también que finja ser mi novio por veinte días.
—¿Qué? ¿Y él que te dijo? —mi mejor amigo me había dejado a mi suerte, eso era triste.
—¿Tú qué crees? Casi se desmaya cuando se lo propuse y luego paso el resto de la noche negándose. Estoy tan avergonzada, no se como demonios lo mirare a la cara.
—Si pudiste mirarlo luego de que te ayudará con Zach, ahora lo harás sin problemas.
Zacharias Blum, había salido en tres citas con él y creí que estaba funcionando, pero como todo en mi vida, no tardó en irse por el retrete.
Él chico que parecía ser el indicado, no tuvo mejor idea que llevarme a su fraternidad e intentar que tenga sexo con él y otros dos de sus compañeros. En cuanto lo descubrí, recuerdo que me encerré en el baño y llamé a Jagger, hecha un mar de lágrimas. Me sentía tan tonta, inocente, una verdadera pendeja. No entendía como podían verme la cara con tanta facilidad.
Cuando Jagger llegó, yo seguía encerrada en el baño, abrazando mis piernas, como si eso fuera a ayudarme. Mi amigo no solo me sacó de allí, sino que golpeó a Zacharias, hasta dejarlo inconsciente.
—Eso es algo que nunca olvidaré. Y mi madre quería que me abra un perfil en esas app de citas. —sequé mis ojos y sonreí— Ya me voy al hospital, porque si vuelvo a llegar tarde, me despedirán. Y eso sería lo último que me falta para convertirme en un capítulo de la rosa de Guadalupe.
Aproveché que Valery no dejaba de reírse para acabar mi café. Si salía ahora, llegaría con unos minutos extras.
—Oye Rain, sé que es algo loco, pero si quieres puedo presentarte a Brandon, ya sabes mi compañero de trabajo. —conocía a Brandon y no era un buen candidato, si con suerte ahora lograba evitar sus manos toquetonas, no imaginaba como se comportaría si tuviera vía libre.
—Gracias Val, pero no creo que eso pudiera funcionar. Ya me conoces, no soy tan aventurera. —eso sin duda sonaba mejor que decirle que si el idiota intentaba volver a tocarme, perdería la jodida mano.
—Bueno si cambias de parecer ya sabes, me avisas y arreglo un encuentro. —prefería llegar sola y soportar las citas ridículas que intentarían imponerme.
—Debo correr. —le sonreí, antes de empezar a hacer mi camino hacía la salida. Por nada del mundo tomaría hoy el ascensor.
Mientras trataba de llegar a horario, mi teléfono comenzó a sonar y para mi desgracia era el nombre de mi madre el cual aparecía. Lo ignoré, decidida a evadir su interrogatorio. Pero eso no detuvo a Jessica Martin de Farguson, de seguir insistiendo en comunicarse con su hija.
No es que no quisiera responderle, es que ahora no se me ocurría ninguna mentira para decirle.
Apagando el teléfono, salí de la cafetería del hospital, chocando con Mackenzie, quien venía sobando su brazo.
—¿Todo bien? —pregunté mirando el lugar que sobaba.
—Si, solo un problema con un paciente. Al parecer el señor Baitelli esta listo para irse. — así que el viejo cascarrabias estaba de nuevo al ataque…
—¿Lo atacó? Conmigo lo hizo ayer, el desgraciado me golpeó con su orinal, aún tengo un jodido chichón en la cabeza.
Nos estábamos riendo cuando alguien jaló mi brazo y me impulsó a correr con él. Abrí mis ojos grandes y comencé a gritar, pero me calme al ver a Mackenzie volver a reírse, así que voltee a mirar a quien me arrastraba hacía el pasillo, encontrándome a Jagger.
—Jagger ¿Qué demonios anda mal contigo? ¡Suéltame! — ¿Qué diablos estaba mal con él?
—¿Cuándo viajaremos? Rainy, esto es en serio, debemos viajar cuanto antes —abrí mi boca, por el asombro y la volví a cerrar, solo para volver a abrirla. Me sentía como un maldito pez, fuera del agua.
—¿Estas aceptando fingir ser mi novio?
—Claro, estoy totalmente dispuesto a ser el novio perfecto.
—¿Qué te hizo cambiar de parecer? Ayer estabas muy aferrado a la idea de no hacerlo. — algo había pasado en el transcurso de estas horas y averiguaría que fue.
—¿Recuerdas a la camarera que nos atendió anoche? —mordí mi labio, evitando reírme en su cara.
—Sí, ¿Alelí?
—Sí, ella. Ayer terminamos encontrándonos, luego que te dejé en tu apartamento. Ya sabes paso lo habitual, tuvimos sexo, muy bueno por cierto, pero ella pensó que derivaría a algo más y esta mañana como que no acepto un adiós…
—Sabes que te lo mereces, ¿No? Era solo cuestión de tiempo para que alguien lo hiciera.
—Lo sé— respondió pesadamente—Pero Rainy, la cosa es que, tuve que decirle que eras mi novia.
—¿Entonces ficticiamente me engañaste? En serio eres un perro, Jagger. Pero no sé que es peor, porque ella seguro que sospecho eso al vernos juntos y no le importó coquetear contigo y a ti no te importaron mis sentimientos a la hora de engañarme.
—Rain, ¿Si recuerdas que somos amigos?
—Por supuesto, pero estoy metiéndome en personaje ¿Sabes hace cuanto no tengo un novio?
—¿Me lo dices a mi? Creo que en mi vida no tuve ninguna. — y eso no me sorprendía.
—¿Debería golpearte por esto?
—Es lo que una novia haría, creo. ¿Quieres golpearme?
—Por esto no, pero sí quiero golpearte por ser un idiota. —nos miramos, sin entender como debíamos comportarnos. —Jagger ¿De verdad vendrás conmigo a casa de mis padres y fingirás ser mi novio por veinte días?
—¿Aún quieres que lo haga? —sí, lo quería. No solo por llevar a alguien, sino que Jagger me ayudaría a sentirme más segura.
—Sí. Siento que podría encontrar a alguien a quien pagarle por fingir serlo, pero la verdad es que confió en ti y sé que eres el único que se preocuparía por no permitir que me derrumbe, algo que sin duda pasará. Pero ¿Crees que podrás resistir veinte días sin acostarte con alguien?
Ese creía que era el mayor reto para él, no estaba acostumbrado a la abstinencia. Desde que lo conozco, lo máximo a lo que ha llegado fueron cuatro días.
—No lo sé Rainy, pero no te dejare sola. Será difícil, pero te prometo poner todo de mi para no joderlo todo.
—Que bueno que cambiaste de parecer, tenía miedo que tuviera que aceptar la propuesta de Valery y salir con Brandon, el pulpo.
—No puedo creer que te haya propuesto eso ¿Es qué no es tu amiga? Rainy en serio no me agrada para nada esa chica.
—Es un milagro que una chica no te caiga bien, pero a ella tampoco le agradas. Creo que secretamente están enamorados y por eso se llevan tan mal.
—Ella no es mi tipo.
—Tú no tienes un tipo, Jagger.
—Pero si lo tuviera, no sería como ella.
Lo que sea, yo no pensaba salir con Brandon, pero quizás mi desesperación me llevaba a tomar una decisión apresurada.
—En serio eres el mejor amigo del mundo y a pesar de que me ayudes, solo para escaparte de la chica que pensó que luego de tener sexo contigo le pedirías matrimonio, te lo agradezco.
—No solo lo hago por eso Rainy, no estaría tranquilo pensando en que pudiera pasarte algo malo. Quizás no te lastimaran físicamente, pero por algo te rehúsas tanto a visitarlos y quiero saberlo antes de que nos vayamos.
Sabía que debería hacerlo, no podía dejar que lleguemos y le caiga la bomba.
—Esta noche mientras te cuento de mi familia te lo explicaré.