5

1675 Words
—No entiendo por qué no pudimos hacer esto en mi casa, es decir, al menos allí tendría fotografías. —no comprendía su afán por evitar la casa que compartía con Valery. Una vez que nuestro turno en el hospital acabó, Jagger me abordó en el pasillo, pidiéndome empezar con su “entrenamiento” antes de conocer a mis padres. Para ser sincera, me tenía muy sorprendida su reciente entusiasmo en fingir ser mi pareja,  ya que cuando lo sugerí, no podía negarse más rápido de lo que lo hizo. —Sabes porque, allí esta esa loca que insistes en creer que es tu amiga. —Es mi amiga, lleva siéndolo desde que llegue a la cuidad. —¿Lo ves Rainy? Sólo insistes en creer eso. Ella es egoísta, cruel y envidiosa, pero bueno, no me meteré en su amistad, lo único que haré, será evitar estar cerca de ella. —suspiré, sentándome y tomando su mano para atraerlo al asiento junto a mi. A veces sentía que Jagger estaba celoso de Valery, pero otras, creía que ambos habían tenido un pequeño affaire y no terminó de la mejor manera. La realidad es que ambos tiraban mierda, constantemente, al oír el nombre del otro. Debía averiguar que había sucedido, ya que siempre me sentía la pared que evitaba que ambos se terminaran matando. Y si querían que esto siguiera de esta forma, deberían explicarme ¿Qué demonios se traían? —¿Seguro de qué quieres hacer esto? —¿Seguimos hablando del viaje? —Sí Jagger, ¿De qué otra cosa hablaríamos? —había venido para ultimar los detalles. —Veras, esa es una frase que utilizo a menudo. Ya sabes, cuando la chica se muestra medio insegura. —respondió, solo para ser golpeado con fuerza con mi mano. No sabía como lo hacía, pero Jagger Vanderham tenía la habilidad de ser la persona más dulce y atenta, siempre preocupado por el bien de  los demás, pero otras podía ser un reverendo imbécil. —Eres un asco. En serio idiota, no soy otro de tus ligues, soy tu mejor amiga. —mientras me mostraba molesta, Jagger no hizo otra cosa sino comenzar a reír. —Lo siento cariño, pero solo estoy provocándote. Tienes que recordar que frente a tu familia somos pareja y ¿Qué hacen las parejas? Tienen sexo. Así que, vas a tener que soportar mis insinuaciones, porque créeme Rainy, serán muchas. —¡Oh por Dios! —cubrí mi rostro, dándome cuenta de que tal vez, no había tomado la mejor opción. —Esa es otra frase que escucho mucho, aunque nunca pensé escucharla de ti. —Lo golpee más fuerte, ¿acaso se comportaría así durante los veinte días? —Ya Rainy, golpeas duro para ser tan pequeña. —Ya ves, para que dejes de subestimarme. Ahora manos a la obra ¿Por dónde empezamos? —al ver su expresión picara, agregué. — Y por favor Jagger, no digas algo con doble sentido. —No lo hare Rainy, es hora de ser responsable, armemos tu árbol genealógico. —Empezamos con mi madre, su nombre es Jessica Martin, es una buena persona, pero tiene la necesidad de aparentar ser algo que no es. Es demasiado quisquillosa con algunas cosas y esto es importante, ella nunca, pero nunca, aceptará que se equivoco. — ni siquiera para disculparse con su única hija. — Muy bien el segundo es mi padre, Alan Farguson. Mi padre es reservado, exigente, un poco calculador, pero puede llegar a ser cariñoso si así lo quiere. Conmigo era cariñoso y atento, lo consideraba un héroe, pero luego me di cuenta que es solo un hombre normal, que comete más errores de los que cree. —Algo me dice que no tienes un buen concepto suyo. — Desde hacía cinco años, no lo tenía. —¿Qué puedo decir? Los conozco muy bien. — respondí, encogiéndome de hombros. —Uno siempre visita a sus padres, pero desde hace cinco años, no te he visto ir a visitarlos, ni para las fiestas, o vacaciones. —lo sabía, incluso ahora no quería volver. —No quería volver, allí se esconden heridas que aún no sanan. — y que no estaba lista para olvidar. —Sigamos con la harpía de mi prima. Su nombre es Esther Martin, es hija del hermano menor de mi madre. El tío Danny se la pasa embarcado, por lo que Esther se crio con nosotros. —No te llevas nada bien con ella ¿Verdad? —eso era un eufemismo increíble. —La odio, no puedo pasar dos horas en el mismo lugar que ella sin querer golpearla. No es común en mi sentirme de esta forma, pero en verdad la detesto. Es la persona más falsa, vil e insufrible que conozco. —Me quedo muy claro que no es tu persona favorita ¿Qué te hizo? Nadie odia de eso modo por nada. —Necesito alcohol para hablar de ello. — me acerqué al pequeño mini bar, sacando de allí una botella de vodka. —Eso no es jugo cariño, debes beberlo con cuidado. —si él quería saber que sucedía, debía dejarme beber todo esto. —Los padres tienden a tener un hijo favorito, aunque se cansen de negarlo. En mi caso, no era otro hijo, sino mi prima. —¿Entonces la odias por celos? — ¿Qué? —Claro que no, no tengo celos de ella. —miré el vaso en mi mano, antes de negar y beber directamente del pico de la botella. —Hace cinco años estaba en pareja con un hombre un poco mayor, yo tenía dieciocho y el veintitrés.  Estaba tan enamorada, creí que sería el hombre de mi vida, pero me equivoque. Una noche mi prima traería a su pareja y no te niego estaba muy emocionada y feliz por ella, pero eso acabo cuando vi que su novio, era mi novio. —Hijo de puta. —levanté la botella en su dirección. —Esas fueron mis palabras antes de ir a golpearlo. Recuerdo como le pedí una y otra vez que me explicara qué mierda pasaba. Pero él solo decía que estaba enamorado de Esther y le hubiera creído, si hasta cinco horas antes no me hubiera jurado amor a mi. —¿Tus padres qué hicieron? Imagino que patearon su trasero fuera de la casa. —ante eso solo pude soltar un par de carcajadas tristes. —Ellos me pidieron que deje el drama y que fuera feliz por mi prima, que no podía ser tan egoísta. ¿Te imaginas? ¡Por Dios Jagger! Fred estaba rompiendo mi corazón y ellos no hacían sino pisotear los pedazos que estaban esparcidos . Me era imposible no recordar a mis padres, minimizando el dolor que sentía y felicitando a Fred y a mi prima. Me hicieron sentir tan poca cosa, incapaz de merecer un poco de amor. Y al mismo tiempo tan egoísta, por no felicitar al que hasta hacía minutos era mi novio y a mi prima. ¿Cómo mierda unos padres podían ser tan crueles con su única hija? Es algo que solo Jessica y Alan Farguson, podían responder. E incluso dudaba que entendieran lo que habían hecho. —Rainy, tus padres son en serio una mierda. —¿Ahora entiendes porque no volvía? Fred y Esther aún siguen juntos, si me presentaba debería ver sus malditas caras de triunfo. Perdí la cuenta de cuantos tragos había tomado, pero comenzaba a ver borroso. Pero no me importaba, porque no me quitaba el enojo que volvía a resurgir en mi. No era solo enojo, también había miedo. Miedo a que no pudiera resistir esa escena, a que algo saliera mal e incluso a que descubrieran mi farsa con Jagger. —Cariño ¿Entiendes que no me apartaré ni un solo minuto de ti? No solo eso, haré que ese maldito, se arrepienta de haberte perdido. —Jagger—murmuré, sintiendo que mi lengua pesaba toneladas. —Dime Rainy. — no hubo tiempo para explicaciones, no cuando las nauseas llegaron y terminé vaciando el alcohol que había tomado, sobre la ropa de Jagger. Vi como saltó y se miró a si mismo, antes de tomar la botella de mis manos, lo cual no fue sencillo, ya que mi puño ejercía presión sobre ella. —Se acabo el alcohol para ti Rainy, te iras a la cama mientras tomó una ducha. Aún no puedo creer que vomitaras sobre mi. —Lo siento, yo no…—mis palabras fueron interrumpidas por un hipido que salió de mi boca. Quizás ahora no lo viera grave, pero en la mañana moriría de vergüenza. —Tú no te negaras, vamos cariño. —No quiero dormir en tu cama, ahí acuestas a tus ligues. —Durante veinte días dormiremos en la misma cama, debes acostumbrarte. —¿Por qué siento que disfrutas esto? —Porque lo hago. Ahora a la cama. —me deje arrastrar, el día había sido más largo de lo habitual. Tal vez por hablar de cosas del pasado. —Todo lo que dices siempre es con doble sentido —No Rainy, es solo tu mente cachondamente perturbada la que percibe de ese modo mis palabras. O el exceso de alcohol. ¿Cómo pudiste emborracharte tan rápido? —Soy un peso pluma Jagger, he perdido practica desde que entre al hospital. Pero espera que lleguemos a casa de mis padres, conseguiré una maldita maestría. —No creo eso Rainy, ahora acuéstate. Yo iré a quitarme esto, ya no soporto el olor. —aunque lo decía con una sonrisa, o así lo veía en medio de la neblina que cubría mi visión, no debía ser nada agradable. —Lo siento—murmuré apoyando mi cabeza en la almohada. —Esto es cómodo y huele bien. —tenía el olor de su perfume, era en verdad muy bueno. Sé que me dijo algo más antes de ir a bañarse, pero no logré escucharlo, me perdía en la comodidad, dejándome vencer por el sueño.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD