Draven Alkana Miro la daga con atención. ¿Dónde puedo esconderla? Necesito tenerla a mano, pero que pase desapercibida. Dentro de mí sería demasiado extremo para esta ocasión. No es necesario llegar a tanto. Tomo el esparadrapo de mi pantalón y comienzo a colocarme el vestuario. Lo primero es la parte inferior: una serie de tiras negras que simulan bragas, pero no lo son. Apenas cubren lo suficiente para mantener la ilusión del misterio. Luego, la falda de pliegues, hecha de cuero n***o. Me cubre el trasero, pero de forma provocadora. Está diseñada para quitarse con un solo tirón. Después, el sostén: otro conjunto de tiras, estratégicamente colocadas para cubrir únicamente los pezones. También es desmontable con facilidad. Coloco la tira superior de la falda, una fina banda de cuero que