Dreven Alkana Mi padre sonríe, creyendo que de verdad me emociona su presencia. A veces me pregunto si realmente me conoce, o si prefiere cerrar los ojos y fingir que todo está bien. Tal vez... le duele aceptar la verdad, o tal vez le conviene más no hacerlo. No lo sé. Pero por ahora, seguiré el juego. Porque si algo he aprendido... es que incluso en medio de una familia rota, hay que saber usar las piezas a tu favor. Mi nana sonríe con una felicidad tan pura y radiante que por un momento me desconcierta. Su reacción es como la de una niña recibiendo la noticia de un regalo largamente esperado. Esa expresión tan sincera me genera curiosidad... y también cierta inquietud. — Bueno... verás — comienza a decir Cristal, y su voz rebosa de emoción, tan genuina que, por dentro, me hiela la s