El macho Alfa es el jefe

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MEGAN: El mundo era un asco, no, miento, mi vida era un asco, siempre fui una chica común, no había nada interesante en mi, iba a la escuela, tenía un promedio regular, nada del otro mundo, Mis padres trabajaban todo el día y vivíamos moderadamente, como dije antes... era una chica común, con una vida común, ni fea, ni bonita, ni graciosa, ni aburrida, ni valiente, ni miedosa, ni alta, ni baja, ni feliz, ni infeliz, Pero todo cambió cuando tenia 15 años, en un accidente, no lo recuerdo muy bien, solo recuerdo el olor de pan recién horneado, mezclado con el olor a flores recién cortadas, y el sonido de un claxon, y todo se puso oscuro, mi mente divagaba en un lugar muy tétrico, me sentía muy cansada, a veces irritada, siempre en el medio, no podía ni irme, ni quedarme, era tan frustrante, fue ahí que decidí hacer algo, tomar decisiones, ser más, ó ser menos, nunca en el medio, Desperté dos años después del coma en el que estaba, había perdido dos años de mi vida por ser una indecisa, mi madre lloró tanto el día que desperté, incluso me hizo sentir pena por ella, yo le causaba tantos problemas a mi familia, lo que me hacía sentirme como una mala hija. Bueno en fin, después de recuperarme vino mi primera gran batalla, me había quedado en mis dulce e insignificantes 15, y ahora estaba próxima por cumplir los 18, no es que me hubiera perdido de gran cosa, pero dos…casi tres años, si me pesaban, traté de retomar mis estudios y tuve que esforzarme en verdad para graduarme de la secundaria, fue difícil, Y después un hermoso rayo de luz iluminó mi dura existencia, resulta que el hombre que me atropelló era un junior ricachón, que tras una demanda de un año, fue declarado culpable por conducir en estado de ebriedad, “declarado”, en realidad él se declaró, el remordimiento de conciencia no lo dejaba dormir por las noches, tal parece. Casi lloré de felicidad al recibir la suma cantidad de 6 millones de dólares, ¿Qué eran 6 millones para ese junior?, No eran absolutamente nada, pero para mí, era tener la seguridad de que iría a una buena universidad, o que al menos mis padres no se preocuparían por un tiempo, además también pagó los gastos del hospital, así que si… supongo que después de la tormenta vienen la calma, o al menos eso creí. —Te inscribiré en el instituto Whittell Wo—el tipo de traje italiano echo a la medida sonaba condescendiente, fruncí el ceño tanto como pude y luego me carcajee, aquello me pareció una broma de mal gusto, —¿El instituto Whittell Wo?, ¿Si como no? , saldré de ahí cagando dinero, ni hablar—dije sin perder mi sarcasmo, El tipo bien vestido me miraba como si yo fuese un animal exótico, y luego su semblante regresó al mismo de tipo estreñido, —Yo pagaré tus estudios, iremos mañana— —Señor Johns, ya se que se siente culpable por haberme dejado en coma, pero ya le dije que lo perdono, no hay necesidad de ser caritativo conmigo— —¿Caritativo?, Niña, no le dono ni siquiera a la iglesia los domingos, no es caridad y tampoco redención, perdiste tres años de estudios por mi culpa, así que déjame pagártelo, es un…”te lo quité, te lo regreso”, eso y que me caes bien, me recuerdas a mi cachorrito, accidentalmente lo atropellé un día cuando llegué a casa— —No atropellas tu propio culo, solo por que no puedes—dije un poco indignada de ser comparada con un perro, —Deja de ser tan dramática, y tan grosera, te hice un favor, gracias a mi no atravesaste la "bonita pubertad"—dijo Mathew con una sonrisa, —¿Entonces, aceptarás o no? — Lo pensé por un momento, ir a ése instituto significaba ser admitida en cualquier universidad de mi elección, no por sus influencias, si no por el nivel de educación que brindaban, así que, si, era una muy buena oportunidad, —Bien acepto, iré a ese instituto, aunque tendrá que hablar con mis padres, últimamente están muy sobreprotectores— —No te preocupes, no podrán negarse—afirmó el tipo bien vestido, Si, en eso también tenía razón, no podían negarse a que su única hija tuviera una educación de alto nivel, ¿Qué padres no quieren eso para sus hijos?, —Bien ahora deme mi premio, o ¿Quiere que de vueltas?— Una caja de macarrons me fue arrojada en el regazo y mi sonrisa casi podía iluminar el mundo. Mathew John’s: ¿Qué podría decir sobre el señor John's?, Bueno el tipo era rico, de buen cuerpo y de buen rostro, aunque tengo que decir que era algo estúpido para su edad, tenía 28 años y era el próximo heredero de la familia , era un tanto entrometido e infantil, tenía muy buen gusto de la moda y no tenía ni un solo amigo, creo que por ese motivo siempre andaba rondándome como una mosca a la popó, me caía bien. Whittell Wo: Esa mierda de instituto era para gente pudiente, venían niños ricos de todo el mundo, hijos de mafiosos importantes, hijos de políticos, herederos de los más grandes conglomerados… en fin, no había manera de ser admitido si no eras un Millonario, o si no eras un futuro Albert Einstein, yo no entraba en ninguna categoría, por lo qué en verdad no esperaba que me admitieran, aunque si lo hacían y me graduaba de ese lugar, tendría un futuro muy próspero. Después de una larga charla con el señor John’s, mis padres accedieron a qué yo fuera a ese instituto, y Mathew pagaría mis estudios, siempre y cuando mis notas fueran buenas hasta concluir, sin duda iba a ser difícil, pero no era algo imposible, tenía fe en mi misma, sabía que podía hacerlo. Aunque muy en el fondo sabía que segúramente en ese lugar no tendría muchos amigos, no podía no sentirme emocionada, una nueva experiencia de vida, eso era para mí, y desde luego no me arrepentí al ver el instituto en su máximo esplendor, la entrada estaba muy bien controlada y la vigilancia era buena, desde el exterior todo lo que se podía ver eran las copas de los árboles asomándose por el enorme muro de concreto. —¡Carajo!—exclamé al ver los edificios y la arquitectura de estos, en el frente había un enorme jardín con una enorme fuente, había algunas bancas y mesas, en los alrededores una línea de flores coloridas y la entrada al edificio principal era extravagante, con dos perros egipcios, como si estuvieran custodiando el lugar. —¿Trajiste todos tus documentos?—Preguntó Mathew mientras se acomodaba el saco de su traje azul marino, —Si—respondí mientras miraba por la ventana como si fuese una niña mirando un parque de diversiones, El chofer abrió la puerta para que saliéramos, sentía mis piernas temblorosas por la emoción, y al ver a los estudiantes tan bien vestidos con un traje de color negro, me sentí aún más emocionada, algunos chicos se acercaban a ver el elegante auto de Mathew, un hermoso Bugatti del año, de color negro, —Ven vamos por aquí—me ordenó el hombre trajeado quien estaba feliz de recibir la atención de las jóvenes adolecentes, Mientras caminábamos por el gran pasillo hasta la oficina del rector, noté a un grupo de jóvenes, ellos usaban un uniforme distinto, era el mismo color pero la camisa era negra y no blanca como la de los demás, y no usaban corbata, eran siete de ellos, estaban charlando y riendo, uno de ellos me miró y le susurró algo al que tenía a su lado, quien de inmediato miró en mi dirección, tenía unos hermosos ojos grises claros y brillantes, negó con la cabeza y miró hacia otro lugar. —Megan…no te involucres con ellos, son los hijos de mafiosos, te traerán problemas— —¿Hijos de mafiosos?, ¿Aquí los clasifican?— pregunté mientras caminaba detrás de Mathew, —Las camisas que usan son antibalas, así de importantes son, no es que los clasifiquen— Mathew conocía bien el lugar, el había estudiado en este mismo instituto, así que sabía bien con quien codearse y con quién no. ¿Hijos de mafiosos?, "Un tiroteo en la escuela sería algo interesante de ver" , aún no lo sabía pero... que equivocada estaba. ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ CADA MAÑANA TIENES DOS OPCIONES: SEGUIR QUEJANDOTÉ DE TU VIDA O TOMAR LAS RIENDAS DE TU DESTINO..