Capítulo 2.- pueblerina.

1763 Words
Megan; —Sus notas no son tan buenas, deberá de aplicar para un examen dentro de un mes—dijo el rector quien parecía un hombre un tanto intimidado por la presencia de Mathew, —Espera afuera Megan, quiero hablar en privado con el buen hombre— me ordenó Mathew con seriedad, La actitud estúpida de Mathew había cambiado en un instante, ahora era un hombre serio y muy intimidante, ¿Estará actuando?, pues si así era, lo estaba haciendo jodidamente bien, "Maldito Mathew, eres un estuche de monerías", Salí de la oficina sin protestar y fui a sentarme en una silla frente al escritorio de una de las secretarias que solo me dedicó una mirada y regresó a su trabajo de oficinista, este lugar olía a limpio y se veía impecable, mientras esperaba, un chico entró sujetando su nariz con un trapo, aventó la mochila al piso y se sentó junto a mi, yo no pude evitar mirarlo, "iug, apesta a sangre" , con todas mis fuerzas evité taparme la nariz, solo por cortesía, pero el olor a sangre me provocaba náuseas, como a una mujer embarazada por las mañanas, me ponía a vomitar sin control, tengo que confesar que soy muy sensible a los olores, Me levanté de la silla y me cambié a otra, una más lejos de él, a la secretaria no parecía importarle en lo más mínimo que un alumno estuviera desangrándose delante de ella, otro alumno llegó y se sentó junto a mí, era uno de los chicos mafiosos, de los que según Mathew, debía de mantenerme alejada, —Hoy te salvaste, mañana no me tentaré el corazón— dijo sin mirar a nadie, Yo supuse le hablaba al chico al que le sangraba la nariz como boxeador golpeado, la secretaria por fin levantó su trasero y para mí sorpresa Preguntó, —¿Quieres que te traiga un vaso de agua?— —Gracias Lili, pero no— ¿Era una puta broma?, conmigo no fue amable y con el pobre chico medio desangrado tampoco, pero con el mafioso fue muy cortés, —Maldito sistema— susurré para mí misma. —¿Dijiste algo?—Preguntó el chico de a lado que ahora me miraba como si yo fuera una vil montaña de mierda. —No— —Ja, ¿Qué?, ¿También ya van a empezar a admitir a las pueblerinas?— Su pregunta en verdad fue muy insultante, esta vez lo miré fijamente y no me dejé intimidar por sus ojos verdosos brillantes, —¿Tú madre está ahí dentro, chupándole la verga al rector para que te admítan?— Continuó preguntando el tipo sin dejar de verme, —¡Vete a la mierda!—dije sin pensarlo, me arrepentí justo después de haberlo dicho, pero no aparté la vista de la de él, sonrió y estaba a punto de decir algo cuando salió Mathew, la secretaria sonrió al verlo y yo me puse de pie enseguida, quería salir corriendo de aquel lugar. —Vamos Megan, ya quedó todo listo— Yo solo asentí ante las palabras de Matt y lo seguí de cerca, pero antes de salir por completo de la sala voltee a ver al chico de ojos verdes y le levanté mi dedo medio, solo entonces mi ira pudo apaciguarse, hacia algunos años atrás segúramente me hubiera echo de la vista gorda ante esos comentarios, o hubiera sonreído estúpidamente, pero no ahora, no señor, ya no, —¿Qué fue lo que te dije hace un rato?— preguntó Mathew sin voltear a verme, —No lo recuerdo, creo que ya tengo Alzheimer— respondí haciéndome la desentendida, —Tus clases empiezan mañana, así que iremos por tu uniforme y algunas cosas que ocuparás— —¿Cómo lo convenciste?—pregunté y me cuestioné si en verdad le había dado una mamada al rector o no, —¿Acaso no tienes que trabajar o algo?— pregunté de nuevo, —¿Por qué eres tan preguntona?, me pones nervioso– —Eres un tipo muy raro— —No, solo soy un tipo rico—me corrigió Mathew, —Touche— Llegamos hasta una tienda especial, era el único lugar donde vendían los uniformes del instituto, —¡Mierda!—dije mientras miraba los exuberantes precios de los uniformes, A Mathew no parecía sorprenderle en lo más mínimo, me compró dos uniformes y un uniforme deportivo, ahí mismo compré zapatos y zapatillas deportivas, era emocionante, me sentía como una puta millonaria, aunque no tuviera ni donde caerme muerta, a excepción de los 5 millones que me quedaban. ……........... —¿Le diste las gracias al señor John’s?— Preguntó mi madre mientras servía la comida en nuestros platos, —Si claro—respondí mientras miraba los deliciosos espaguetis que estaban en mi plato, con esa deliciosa salsa de tomate caliente, mi madre decía que comía como un perro, por que no saboreaba la comida, simplemente la tragaba, así que supongo que si, yo era como un perro, —Rene, no tiene por que darle las gracias, él la atropelló, es lo mínimo que puede hacer— Mi padre era un hombre muy serio, siempre pensé que hacía muy buen complemento con mi madre, pues ella era una parlanchina, lo que mi padre no hablaba lo hablaba ella por él, pero últimamente peleaban por todo, era absurdo, creo que el amor entre ellos se había terminado. —No importa, no por eso mi hija va a ser una malagradecida— Probé la deliciosa salsa de tomate, el orégano y la mantequilla hicieron que mis papilas gustativas se volvieran locas y las mejillas se me inundaron de saliva, «Que delicia mamá», mis padres peleaban y yo solo disfrutaba mis espaguetis, solo miraba sus bocas moverse conforme miraba como sus nervios se alteraban cada vez más. —Terminé, tengo que ir a preparar mi mochila—dije mientras me levantaba de la silla con mis platos sucios. Mi habitación se miraba muy vacía, me miré en el espejo y noté que mis senos habían aumentado, ocho meses atrás cuando desperté del coma mi cuerpo estaba muy flácido, tuve que hacer mucho ejercicio para recuperar mi movilidad y mi condición, me di cuenta que era muy buena en el jiu-jitsu, mi entrenador me dijo que debería de hacerme profesional, pero no era algo a lo que en verdad aspirara a dedicarme. …………… Un nuevo día me recibió, empezar la preparatoria a mis 18 años era un asco, debería de estarla terminando, pero no todo era malo, el uniforme era una belleza, la falda negra era muy corta pero venía con un short incluido, no había forma de que se viera algo que no debería, venía con medias negras o con calcetas hasta las rodillas, opté por las medias, la camisa blanca era ajustada al cuerpo, venía una de manga larga y una de manga corta, obviamente opté por la de manga corta, el chaleco era negro con costuras blancas y botones dorados, hacía que mi busto se viera más grande, la corbata era negra, con delgadas franjas blancas, y el saco era todo negro con botones dorados y dos iniciales bordadas, W.W. los zapatos eran negros con blanco con la plataforma un poco alta, "Que bonitos" , —Cariño, estás lista te esperan afu…wow, Megan, te ves increíble…ese uniforme es muy bonito, sin duda te ves como de un millón— mi madre exageraba, aunque si, el uniforme era increíble. Junté todas mis cosas y me despedí de mi madre, mi padre estaba afuera esperándome, él me dejaría en el instituto y de ahí se iría a trabajar. Mi padre y yo no hablábamos demasiado, ni antes del accidente, ni después de eso, no éramos muy compatibles creó, pero no era que nos odiáramos o algo, de echo creo que nos llevábamos muy bien. —Diviértete en la escuela cariño, y no te sientas muy presionada, si no te gusta puedes ir a cualquier otra preparatoria, ¿De acuerdo?— —Bien, adiós—dije y salí del auto, saqué mi cronograma y me dirigí al edificio dos, un bonito edificio de dos pisos, de color café claro y enormes ventanales con polarizado de espejo, por dentro el edificio era increíble, había una fila de casilleros de color gris, mi casillero era el 167, caminé junto a ellos y en la parte superior tenían el número con una placa plateada y letras negras —156, 157, 158…160…164 y…167— Miré la combinación que me habían dado y pude abrirlo, no había nada dentro, estaba limpio, tenía para guardar los libros, para guardar los zapatos y tres ganchos para colgar ropa, guardé algunos libros que aún no iba a necesitar, y colgué mi saco dentro, noté que muchos estudiantes no lo usaban, últimamente hacia mucho calor, adentro había aire acondicionado, pero afuera el calor empezaba a hacerte sudar. —Hola, ¿Tú eres Megan?— Mi vista se posó en una hermosa joven de cabello castaño y hermosos rizos, —Si, soy yo—respondí, ella sonrió y me examinó, —Soy Lisa Thompson, seré tu guía el día de hoy…y de mañana, soy la presidenta del primer año, así que…¿Quieres que empecemos?— —Si claro— Lisa era una chica muy extrovertida, era la hija de un político, tenía 16 años y llevaba un mes en el instituto, y sin duda era muy popular, no era algo raro, ella era muy sociable, esas típicas jóvenes de buen corazón que salvan gatitos de la calle, me mostró los tres edificios, el primero era donde estaban las oficinas, la biblioteca, las aulas de cómputo, y los talleres, también en donde estaba la cafetería, en el segundo edificio, estaban los de primer año y en el tercer edificio, estaban los de segundo año junto con los de tercero, era el edificio más grande, los tres edificios se conectaban entre sí, por un pasillo enorme, el lugar era muy grande, sin duda alguien nuevo se perdería facilménte, tal como me pasó a mi, miré a mi alrededor y Lisa ya no estaba, "¿Dónde mierda estoy?" me preguntaba mientras miraba mi mapa. —¿Pueblerina?— ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ ¿QUE SERÍA DE LA VIDA SI NO TUVIERAMOS EL VALOR DE INTENTAR ALGO NUEVO?... VINCENT VAN GOGH.
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