Capítulo 3.-Violador

2103 Words
Megan: "Ya mejor que alguien me mate" , fingí no haber escuchado nada y continúe caminando sin ningún rumbo fijo, lo que menos quería era tener problemas en mi primer día, —¡Oye!, ¿Quién te crees para ignorarme?— Mis pasos se hicieron más largos, hasta que sentí un escalofrío en mi espalda cuando una mano me sujetó por el hombro, ni siquiera lo pensé, últimamente no lo hacía, me di la vuelta y tomé la mano de aquel tipo, pasó tan rápido, que inclusive yo misma me sorprendí por lo fácil que lo derribé al piso, con una mano sujetaba su muñeca y con la otra su rostro lleno de dolor contra el suelo, "Hay mierda" , lo solté de inmediato, pero fue tarde, pues dos chicos se reían a carcajadas de lo sucedido, —Maldita perra, ¿Cómo te atreves?— preguntó el chico de ojos verdes, estaba muy enojado, pero él se lo había buscado, no debería de ir por ahí, tocando chicas sin su consentimiento, Sentí que el pecho me dolía por lo rápido que mi corazón latía, se levantó con brusquedad y yo caí de nalgas al piso, miré que lanzó su puño, y todo lo que hice fue cerrar los ojos, estaba dispuesta a recibir un puñetazo, así después podría golpearlo y decir que fue en defensa propia, pero su puño nunca llegó a mi rostro. —¿Por qué te comportas de ese modo?, Ella es una dama y no es su culpa, que no te sepas defender— Yo abrí los ojos, y miré al mismo placer y lujuria reencarnados en carne y hueso, un hermoso joven sujetaba el puño que venía dirigido hacia a mi, aquel sujeto se veía muy maduro para lo joven que se veía, de un modo que no puedo explicar, tenía una piel blanca y cabello n***o peinado hacia atrás, y sus ojos, sus ojos eran de un n***o hermoso, jamás había visto unos ojos así, sonrió y sus carnosos labios rojos llamaron toda mi atención, me sentí muy estúpida, estúpidamente hormonal, ¿Qué clase de hechizo era este?, ¿Acaso usó feromonas?, Pero el gusto me duró muy poco. —¿Si eres una dama, no?— preguntó el tipo mientras sonreía, Su pregunta me ofendió hasta el último órgano en mi interior, ¿Qué parecía yo?, ¿Un perro?, ¿Un puerco?, ¿Una langosta?, ¿Acaso era ciego?, Todas las mujeres somos unas damas, —Malditos estúpidos—murmuré mientras me levantaba del suelo, mi lindo uniforme se me pudo estropear, y todo por estos idiotas, —¡Megan¡, ¿Dónde te metiste?— preguntó Lisa mientras se acercaba cautelosamente, —Hola Alec—dijo Lisa, casi se le ponían los ojos en forma de corazón a la pobre mujer, era tan obvia, "¿Así que te llamas Alec?" , me había enamorado y desilusionado en menos de lo que canta un gallo, bueno, así era la vida, —Tú—dije y señalé a ojos verdes —No vuelvas a molestarme o te sacaré los ojos—advertí sin titubear y me fui con pasos firmes, pronto se corrió el rumor de que yo había golpeado a Frank, ¿Quién era Frank?, Pues ojos verdes era Frank. —No debiste meterte con ellos— —No lo hice, ellos empezaron—corregí a Lisa —De cualquier manera, no te metas con ellos, te echarás encima a su club de fans, y créeme ellas te harán la vida imposible— —¿Club de fans?, No me jodas— —No lo hago, siempre están al tanto de lo que cada uno de ellos hace, te aseguro que saben hasta de que color cagan, si se enteran que los molestaste, te harán la vida imposible— —Que lo intenten—dije mientras tomaba una manzana, En una mesa del comedor se sentaban ellos, eran ocho en total, Alec, Mark, Caleb y Frank estaban en el último año del instituto, Ethan y Charles estaban en segundo año, Giovanni y Joseph estaban en primer año, todos ellos eran agraciados no importaba su edad, que fueran hijos de mafiosos eso sí que importaba, aunque sus ojos lucían algo extraños, eran más brillantes, algo que no era muy normal, y por alguna extraña razón nunca se juntaban o hablaban con nadie, parecía que para ellos no había nadie más alrededor, era como una especie de Club, De cualquier manera me dejaron en paz por una semana, y pese a los rumores me fue bien esa semana, estaba por aplicar a un examen para adelantar un año, si lo pasaba podría estar en segundo año automáticamente, pero era un examen difícil, así que después de clases me encerraba en la enorme biblioteca, me encerraba ahí hasta que mi padre pasaba por mi a las 8 de la noche, el instituto no cerraba hasta las 10, ya que algunos estudiantes vivían en el edificio que estaba detrás del instituto, Lisa decía que eran departamentos que contaban con servicio a la habitación como un hotel de lujo, ¿Pueden creerlo?, algunos nacen en cunas de oro, la teoría de la cuna supongo, Me senté en una mesa de la biblioteca y saqué mi laptop, a lado de mi, había una mochila y algunos libros en la mesa, pero en la biblioteca no había nadie, me puse a estudiar pero algo no dejaba de llamarme la atención, un libro con la portada negra de cuero y unas iniciales T. R. Mi curiosidad era tan grande que lentamente puse mi mano sobre aquél libro y “sin querer”, se cayó al suelo, lo levanté y lo hojee, en realidad era un diario de un tal Timothy R. Examiné la biblioteca una vez más y no pude ver a nadie. Diario de Timothy: Está mañana me levanté más temprano de lo habitual, el auto de mi padre se descompuso la semana pasada, y no quería que me vieran llegar en taxi, llegué tan temprano que fui directo a la biblioteca donde estaba él, me miró de una manera despectiva y continúo leyendo, hay algo raro en ellos, se que esconden algo, lo descubriré muy pronto. T.R. ¿Qué clase de diario era este?, ¿Un acosador?, Estaba por leer la segunda página cuando escuché un ruido detrás de mi, voltee y casi se me sale un grito, solo era el estúpido de Alec que me miraba tal como dijo Timothy, de una manera despectiva, regresé mi vista al frente y continúe estudiando, las cosas en la mesa eran de él, lo supe por qué empezó a juntarlas, "maldita sea el diario es de él" , me aclaré la garganta y dije —creo que esto es tuyo, se cayó al piso— le enseñé el diario y él solo lo miró —No es mío, ya estaba aquí cuando llegué— Alec era tan atractivo, pero con mierda en la cabeza, se podía sentir el calor que emanaba de él, y su aroma, tenía un aroma como a tierra mojada y pasto, yo era muy sensible a los olores como ya lo dije antes, el olía a…a…perro mojado, aunque suene raro, no era algo que me desagradara, todo lo contrario, era un aroma que llamaba mi atención y me volvía loca, sus hermosos ojos negros brillantes me miraron fijamente y se llevó ambas manos a sus bolsillos del pantalón. —Hay algo raro en ti— comentó mientras me miraba detenidamente, Yo lo miré y me aguante las ganas de reírme, imaginé muchas respuestas para ese comentario, —¿Y a ti que?—pregunté, —No es que me importes, solo siento curiosidad— —Me estás dando miedo, podrías dejarme en paz, tengo que estudiar—dije tratando de ignorar lo atractiva que sonaba su voz, "¿Por qué me mira así?, Se me van a caer los calzones" —Escuche que estás en primer año, pero ya tienes 18, ¿Tan estúpida eres?— Este maldito hombre se estaba ganando una patada en las bolas, metí mis cosas a mi mochila sin responder a su pregunta, y me levanté de aquel lugar, el aire parecía estarse acabando, y algo me decía que permanecer ahí solo iba hacerme enojar, además él no parecía querer irse, —Si eres tan tonta puedo darte algunas clases, aunque no te aseguro nada—dijo Alec mientras me miraba, Salí de la biblioteca y Alec caminaba detrás de mi, estaba colmando mi paciencia, —No te pediría ayuda ni aunque fueras el último ser viviente en el planeta, preferiría comer excremento de vaca— dije y aceleré el paso con cada palabra que yo decía, pero no parecía alejarme ni un poco de él, Escuché su risa detrás de mi, fue como escuchar un trueno en el cielo, me hizo sentir escalofríos, —Debes de tener cuidado con lo que dices, uno nunca sabe cuándo se tragará sus palabras— —Si claro, lo tendré en cuenta, ¿Por qué estás siguiéndome?—pregunté mientras lo miraba de reojo, —No te sientas tan importante, no te sigo, solo voy en la misma dirección que tú— —¿También vas al baño de mujeres?— —si— Por estar peleando con él, tropecé con la banqueta y estaba por caer de cara al suelo, pero fui sujetada antes de eso, Alec me sujetaba de la cintura con una sola mano, quedamos en una posición muy extraña, podía sentir su m*****o detrás de mi, su cuerpo estaba tibio, muy tibio, luego pasó algo aún más extraño, quité su mano de mi cintura, y cuando mis manos tocaron las suyas una corriente eléctrica recorrió mis manos, mis brazos, mis hombros y al final mi cuello, él también lo sintió, lo noté por su reacción, los dos nos alejamos tan rápido como pudimos, mis manos palpitaban, como si de verdad hubiera agarrado un cable con corriente, fue algo muy raro, Alec estaba desconcertado, me miró de un modo distinto, me miró sorprendido, como si se hubiera enterado de mi secreto más oscuro, aunque no tenía ninguno, —Deja de seguirme—le ordené y continúe mi camino, "Maldito raro" , Después de pensarlo un poco, creo que debí agradecerle por sujetarme y no dejar que mi cara golpeara el asfalto, había sido un poco grosera, no era como que Alec mereciera algo de mi, él era un idiota, un idiota muy atractivo, Llegar a casa no era algo que deseara, mis padres discutían apenas mi padre cruzaba la entrada, estaba en mi habitación con mis tripas rugiendo por comida, mi madre quería castigar a mi padre haciéndolo morirse de hambre, y yo también sufría su ira, mi teléfono empezó a sonar y de mala gana lo contesté. —Diga— —Te invito a salir— Yo arrugué la frente y miré el identificador, no era un número registrado, —¿Quién habla?— —Soy Alec, Alec Barone— Mi corazón empezó a latir como loco, «¿Cómo consiguió mi número?, ¿Por qué me invitaba a salir?», pensé en muchas cosas que preguntarle, pero lo que salió de mi boca fue: —Lo siento no conozco a nadie con ese nombre, creo que te equivocaste— Colgué sin darle la oportunidad de decir algo, y muy estúpida me escondí bajo la colcha, no entendía ¿El por qué me sentía tan rara por dentro?, como ansiosa, emocionada, carajo, no lo sé, el teléfono empezó a sonar de nuevo y esta vez no contesté, lo que fue algo muy estúpido, después de cinco minutos mi madre tocó a mí puerta, —Cariño, un chico muy guapo está haya abajo, preguntó por ti— Me destapé y miré a mi madre —¿Un chico guapo?— pregunté confundida, —Si, como de uno ochenta y seis, cabello n***o, ojos negros, piel blanca…dijo que se llamaba Alec— —Es un violador mamá, dile que se vaya— dije y me volví a tapar con la colcha, ¿Por qué estaba aquí?, ¿Qué quería?, escuché la puerta de mi habitación cerrarse y después de un rato creí que se había ido o que mi madre lo había corrido, pero de nuevo que equivocada estaba. ▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️▪️ POR QUÉ, QUIÉN ESTA BUSCANDO TARDE O TEMPRANO ENCUENTRA…
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