32

1772 Words

Camila No puedo parar de dar vueltas en la cama. Son las cuatro de la madrugada, hace un rato terminó de irse el último invitado... bueno, Andrés. Y no precisamente se fue porque la fiesta terminó a esa hora, la fiesta terminó muchísimo antes, pero nosotros nos quedamos comiendo. Más bien, besándonos en la cocina. Bufo y tapo mi cara con la almohada. Me hace sentir vulnerable, siento que el caparazón que me costó construir alrededor de mi corazón puede desaparecer en cualquier momento y quedaría completamente expuesto y servido en bandeja de plata. Andrés podría tomarlo y hacer lo que quisiera con él, hasta romperlo, y no soy capaz de aguantar de nuevo una decepción amorosa. Tengo que mantener el corazón sellado. A mi hija le cayó muy bien, ¿y cómo no? El tipo le regaló un celular, prác

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD