Camila Me quedo paralizada por un momento. Me lo dijo de una manera tan sincera, mirándome a los ojos con profundidad y sin siquiera dudar, que me convenció. ¿Cómo es posible? Siento mi corazón detenerse y luego comenzar a latir con rapidez contra mi pecho. Trago saliva y siento escalofríos, tengo que apartar la mirada porque me siento tremendamente avergonzada y él suspira con pesadez. Se nota que dijo algo que no quería decir, o que quizás inventó sobre la marcha y está arrepentido. Me alejo de él y vuelvo a cruzarme de brazos para abrazarme. Me mira con expresión interrogante, pero no tengo ni idea de qué responder. Solo me encojo de hombros. —¿No me creés? —pregunta al final. Hago una mueca. —No. Sí... No sé —contesto dubitativa. Se ríe—. Si es cierto, me lo vas a tener que demost