—Es hora de irnos, tu mamá pensará que la dejamos plantada.
—¿Y si primero terminamos lo que acabamos de empezar?
—De ninguna manera, no quiero ir caminando como una ovejita recién nacida a cenar a casa de tus padres.
Jeremy suelta una carcajada.
—Que ovejita tan hermosa.
—¿Sabes qué Jeremy? Estoy pensando que deberías de pasar allá la noche, así mañana tendré energías para cocinar.
—De ninguna manera.
—Tal vez se me cierre la puerta por accidente.
Él me voltea a ver sorprendido.
—Sabía que lo habías hecho a propósito.
—¿Y qué esperabas?
—Lo siento, tienes razón, pero no me quedaré en casa de mis padres, si me dejas afuera soy capaz de irme a acostar con tus padres para que te obliguen a abrirme la puerta.
—No te creo capaz.
—Por dormir con mi mujer, soy capaz de todo.
—De v
