Víctor llegó a la misma cafetería en la que un par de días antes, Sarah se reunió con Patricia – perdón por la tardanza, tenía que preparar un informe para mi jefe – mintió para no decir que, como trabajaba desde casa, pasaba gran parte del día sin camisa, en bóxer y frente al monitor. Sarah ya había ordenado dos limonadas de agua mineral. Víctor bebió un poco y se aclaró la garganta – bien, estuve revisando y esta es nuestra situación – abrió su portafolio y sacó una carpeta. Brevemente, Sarah pensó en su padre, él también prefería los reportes impresos por sobre la comodidad de las presentaciones digitales. Giró la cabeza. No era tiempo para pensar en eso. – Demanda por robo de propiedad intelectual – leyó Víctor – si la señorita Patricia Andrés copió la presentación y está usando l