Al día siguiente Regina volvió de la junta directiva – tengo permiso para usar el laboratorio y cambiar la fórmula de los bloqueadores solares.
Víctor fue el primero en hablar – pensé que estábamos tratando de salvar la tienda de Sarah.
Regina sonrió – tengo un plan.
– ¡Puedes compartirlo con el resto de la clase! – pidió Víctor – porque – hizo una pausa al sentir la vibración de su celular – es ella – miró a Regina.
– Tengo un plan – fue todo lo que ella repitió.
Víctor se levantó de la mesa y maldijo entre dientes.
Leo acomodó su silla.
– ¿También me cuestionarás? – preguntó Regina.
Leo se encogió de hombros – tienes un plan.
Víctor se paró en el jardín y respondió la llamada, al otro lado del portón vio a un enorme perro de color blanco seguido de un hombre alto con lentes oscu
