—Por lo menos así fue hasta que me cambiaste —murmuró Julian de repente.
La rubia sonrió abiertamente, hasta ahora no me había dado cuenta de que él había vuelto, comparada con ella, yo no tenía nada especial.
—Me fue imposible resistirme... Creo que fue amor a primera vista —dijo la rubia de manera soñadora.
—Eso no existe —me burlé.
—Pues tenemos opiniones distintas, desde que me casé con Adil no recuerdo haberme arrepentido ni una sola vez.
—¿Eres casada? —alcé un poco la voz, sorprendida.
—Sí, sé que parezco una quinceañera —se burló—, pero llevo dos años casada, tengo que agradecerle a Julian, ya que si no hubiese sido por él, yo no hubiese conocido a mi marido.
Sentí un sabor amargo en su garganta y lo saboree, haciendo una mueca.
—Supongo que debes preguntarte cómo habiendo
