Jade se despertó un tanto desfasada de lo que estaba pasando a su alrededor, por lo que subió su mano derecha a su cabeza para poder acordarse de lo que había pasado la noche anterior. Con todo y una punzada constante en su nuca, se paró de la cama de Sean para irlo a buscar (en donde quiera que estuviera el pelinegro). Conforme bajaba las escaleras hacía la sala, comenzó a observar las fotos que tenía pegadas en su pared, en las cuales se encontraba su hermano, mamá, amigos y una con su padre, por lo que sonrió de oreja a oreja al notar que muchas de ellas reflejaban a un Sean alivianado y feliz con la vida (algo que comenzó a hacerle ruido). — Veo que te gustan las fotos ajenas — Jade escuchó la voz del empresario atrás de ella, por lo que sonrió al saber que la estaba observando — S