CAPITULO 1

1534 Words
Cuando a Stefan Dunant se le metía algo en la cabeza, no había poder humano que lo hiciera retractarse de ello. Así que ahí estaba ahora, planeando la elaboración de su propio vino y para eso tendría al mejor equipo ene se terreno. Aarón, uno de los Catadores más importantes de New York, y amigo de Stefan, le facilito el nombre de Alex Parker, dueña de una hacienda en la parte norte de México y que cosechaba una de las mejores Vid. -Si tu ideal es crear un vino de excelente calidad, te recomiendo visites a Parker, su Vid es de lo más cotizada, pero tiene tan mal carácter que no suele venderle a cualquiera. Así había empezado todo, si le pidieran a ella definir un momento preciso en el tiempo que la hubiera puesto en la posición en la que ahora se encontraba, seria este. Mientras Stefan se dedicaba a hacer los arreglos necesarios para echar su proyecto a andar, Monique se quedó a cargo de la empresa propiedad de su amigo.   Las cosas estaban resultando a pedir de boca, su vida continuaba como siempre, trabajo, trabajo y más trabajo. Sus días de salir con cuanto hombre se le pusiese enfrente habían terminado, no que ella ahora fuese una monja, pero se había vuelto un poco más selectiva. Ahora por lo menos salía un par de veces más con el mismo hombre. La verdad es que ella pronto perdía el interés. Cuando Stefan regreso a Capri, le comunico a Monique que ya tenía a la persona ideal para iniciar su nueva empresa, lejos estaban los dos de que ese sencillo acontecimiento les cambiaría la vida para siempre. -Quiero una cita con Alex Parker – le había dicho Stefan a Monique. Y esta eficiente como siempre así lo hizo. Después de arreglar algunos asuntos en Capri y con la empresa, Stefan dejo a Monique de nueva cuenta a cargo de todo, y partió con rumbo a la Hacienda las ilusiones. Monique y Stefan mantenían una comunicación muy fluida que, para agrado de Stefan ponía celosa a la mujer que había decidido que fuera para él. -Monique – había soltado de forma melosa, en una de las ocasiones en que le había llamado. -Dime -Gracias por tu ayuda, tu apoyo y la confianza que siempre me has brindado. -No hay nada que agradecer, para ese me pagas y muy bien – bromeo intentando mitigar un poco la tensión de Stefan – además soy tu amiga y te quiero. -Yo también te quiero y no sé qué haría sin ti – sonrió.   Por su parte Monique, que ya estaba al tanto de lo importante que Alex Parker se había vuelto en la vida de Stefan, sonrió y le siguió el juego. Mientras Stefan intentaba conquistar a Alex Parker, Monique dudaba si contarle los acontecimientos que se estaban desarrollando en Capri. Al hotel habían llegaron los padres de Stefan, acompañados de Hannah Spencer, una ex amante temporal de su amigo, que se decía embarazada de Stefan. La mujer era en verdad arrogante, presuntuosa y hasta altanera con la misma Monique y sobre todo con el personal del hotel, la situación con ella se estaba poniendo insostenible, eso sin contar la de mentiras con que llenaba la cabeza de los padres de su amigo. Monique debía tomar una decisión y debía hacerlo pronto, así que después de una de las múltiples peleas que tuvo con Hannah, no lo pensó mucho tiempo y se dijo que debía contar personalmente a Stefan sobre la situación que se estaba viviendo en casa. Monique llegó a Ensenada y antes de instalarse en un hotel, prefirió salir en busca de su amigo, no podía dejar la empresa sola por mucho tiempo, la construcción de un nuevo hotel necesitaba de su constante supervisión, entre otras cosas. -Tendrá que rentar un carro, güerita. La hacienda es conocida, pero está un poco lejos – le había dicho una de las personas a las que pidió indicciones. -Pero yo no conozco por estos lugares. -No se apure, que las carreteras son muy buenas y con la fiesta hay bastante seguridad. -De acuerdo, dijo ya no había marcha atrás. -Tuvo suerte en encontrar un auto señorita – le decía el hombre que la llevaba hasta el vehículo que había alquilado – la fiesta de la Vid empieza hoy y casi todo está a reventar. -Me alegro - sonrió. Después de cambiarse la ropa y refrescarse un poco en los aseos de la compañía donde alquilo el auto, Monique tomo la carretera que le indicaron dispuesta a ir a las ilusiones a encontrar a Stefan. Monique llego al pueblo después de preguntar en un par de ocasiones sobre qué camino tomar. Cuando llego al lugar, y pregunto por Stefan, nadie supo darle respuesta, al parecer su jefe ni había tenido tiempo de hacer mucha amistad con la gente de la localidad, así que siguió buscando. Por su parte Stefan se proponía llevar serenata a Alex y después de conseguirse un mariachi, así lo hizo. Una vez que llegaron a la casa de esta la suave melodía comenzó a sonar. El músico arrastraba su mano por las cuerdas de la guitarra hasta sacarle los acordes correctos, mientras se hacía acompañar por el violín, para después dar paso a un solo de trompeta que hacia estremecer el corazón… De nueva cuenta la guitarra hizo su aparición antes de que el cantante comenzara a entonar la melodiosa letra. Monique estaba cansada, llevaba horas sin pegar el ojo y los pies le dolían terriblemente. Intento una vez más y por fin alguien le dio señales de su amigo. -Si señorita, hace apenas un rato que ese hombre contrato un mariachi y se fue rumbo a las ilusiones. -Puede decirme donde se encuentra ese lugar. -Claro. Después de que el hombre le diera indicaciones, Monique regreso al vehículo. Llego a las ilusiones. La música sonaba y eso le di esperanza a Monique, al fin encontraba a Stefan. Camino guiándose por la melodía que sonaba de fondo, y no tardó mucho en dar con él. No sabía muy bien si debía acercarse o esperar a que Stefan la mirara y le diera indicaciones, pero al verla su amigo le hizo señas de que fuera hasta su lado. Por su parte Stefan al ver que la canción acabo y no hubo ninguna señal de Alex, dio por entendido que eras más que evidente el rechazo de ella, no seguiría exponiéndose más y menos cuando Monique acababa de llegar con noticias sobre Hannah. -Muchachos – dijo, aferrándose de la cintura de Monique una vez que se amiga se acercó hasta él – gracias por la serenata, lástima que nos mandaron de paseo. - Intento sonreír para tragarse la amargura que lo estaba consumiendo. -Patrón, si la señorita lo vio abrazado de la güerita, pos obvio que no iba a salir, discúlpeme güera peor es la verdad – dijo mientras se comía a la mujer con la mirada. -Lo entiendo – respondió Monique. Hizo una breve pausa - Stefan es mejor que me vaya y arregles tus asuntos, hablamos luego ¿de acuerdo? Monique intento marcharse, pero Stefan la tomo de la muñeca impidiendo que se fuera. -No. No estoy de acuerdo, porque Monique tu eres solo mi amiga – Enfatizo. -Pero ella no lo sabe, - señalo - él señor tiene razón, lo menos que quiero es causarte un problema con esa mujer, y más si tu estas… Monique no termino de hablar porque Stefan la interrumpió. -Créeme, tú no has provocado nada. Ella me desprecia por sí sola. Monique no supo más que hacer y abrazo a Stefan y este se aferró a ella, como un náufrago al que acaban de lanzarle un flotador. Ella nunca vio a Stefan en ese estado, “hasta ahora, pensó”.   La única ocasión en que lo vio tragarse tal sufrimiento fue en la muerte de Beatriz, de la cual ya habían pasado muchos años, y después de eso jamás. Le dolía ver a su amigo así, en todos esos años juntos aprendió a querer a Stefan como a un hermano, es verdad que habían tenido una relación, pero esta fue tan esporádica que no significo nada para ninguno de los dos. Ellos ahora eran amigos, compañeros de trabajo y, para Monique los Dunant representaban a su familia, pues en la vida no tenía a nadie más que a su padre, al que veía solo una o dos veces por año. Pero, desde la perspectiva de Alex todo se miraba muy diferente. Ajeno a toda esa situación Stefan regreso a la fiesta de la Vendimia. A su lado Monique se dijo que era mejor dejarlo desahogarse de una vez por todas. Monique se dio cuenta de que a Stefan aun le dolía la muerte de Bea y no había conseguido superarla, y ahora debía sumarle que esa mujer Alex había roto su corazón, su pobre amigo quien nunca antes se había enamorado no sabía lidiar muy bien con esas situaciones y como hombre lo que mejor sabía hacer para ello era beber, y fue así como Stefan tomo casi hasta llegar al punto de perder la conciencia.  
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