—¡Mierda! - Soltó Ángelo al sentir que el alcohol le quemaba la herida sobre la ceja derecha. La enfermera lo miraba entre embelesada por su indudable atractivo y asombrada por lo que había pasado veinte minutos antes. ¿Te duele mucho? - pregunte encogiendome de hombros. Ángelo levanto, la vista y mi reacción, una mirada mordaz casi como para asesinarme allí mismo si no se encuentra presente la enfermera, que con mucho esfuerzo de curarle la herida que le había ocasionado un puñetazo que Joseph le arrogo sobre la cara cuando la seguridad del hospital trato de separarlos. —¡Por supuesto que me duele! - gritó con furia olvidándose de su cortesía. En un acto repentino la enfermera trato con brusquedad la herida ocasionando que Ángelo gimiera del dolor. La enfermera sonrió al ver la frustra