Sus manos se aferraron con fuerza a mi cuello, mientras su suave tacto en el mismo provocaba toda clase de emociones en mi, volviendo de ese modo mi respiración irregular, mis manos empezaron a temblar sin control alguno no lo sentía mi lobo se estaba saliendo de control, me costaba controlarlo. - Mía. –escuche la voz de Alex a mis espaldas llamar a Mía, gruñí en respuesta. - Alan…A..lan –susurro temerosa mientras se separaba de mí y me observaba su rostros tomo de inmediatico una expresión de asombro y miedo al mismo tiempo, tome una bocanada de aire mientras luchaba por mantener el control con el mismo. - Alan déjala, sabes que no estás en control. –dijo Axel esta vez acercándose un poco. - Estoy bien, estoy bien solo déjanos solos. –dije mien