-Mía. –Gruño básicamente en mi cuello, temía lo peor iba a morderme cerré los ojos esperando un impacto pero en un ágil movimiento estaba rosando su masculinidad en mi trasero, intente alejarlo pero conocía ese color de ojos sus lobo estaban dominándolo. - Alan. –grite –Para. –al tiempo que ejercía fuerza sobre mi para inclinarme, separándome las piernas. Senti sus manos deslizarse por mi entrepierna, para introducir sus dedos dentro de mi, su manos izquierda halo con fuerza mi cabello, me queje mientras intentaba quitarme zafarme de aquella posición pero, su fuerza se imponía por encima de la mía sus dedos se empezaron a mover en un movimiento coordinado, lento y constante. - Basta ya. –resabie con rabia. –no quiero esto. - Te hare cambiar de opinión. - acelerando