Brandon contempló el rostro de Scarlett por un momento, quiso rechazarla y dejar aquella peticion para otro dia, despues de todo tenia invitados por atender, ademas de que desde que habia comenzado la reunion, no habia podido acercarse ni por un momento a su invitado de honor, pero Melanie estaba lejos y muy ocupada hablando de vestidos con algunas señora de mayor edad que le daban consejos para elegir el mejor de ellos, aunque ambos habian obligado a sus familias a guardar silencio hasta esa noche, aparentemente todo el mundo ya sabia cual era el motivo de esa fiesta, incluso Scarlett, por lo que penso que tal vez era tiempo de explicarle que era lo que habia ocurrido.
Brandon asintió y le señalo el camino que debían seguir para que nadie los viera irse juntos, sobre todo para que no hubiera malos entendidos, sabia que los chismes se encendían como pólvora en un pueblo tan chico como lo era Ennis, que apenas gozaba de 4000 habitantes que se conocían al derecho y al revés, los únicos extraños que habían aceptado y por supuesto gracias a los Wilson, eran los O'Donnel, quienes parecían ser íntimos, por lo que Brandon no quería que la gente comenzara hablar mal de Scarlett a quien le tenía mucho afecto.
Ambos caminaron por el sendero de arbustos hasta entrar a la casa por una entrada lateral, adentro casi no había ningún alma a excepción de los meseros, pero ellos no importaba, ya que habían sido contratados en Dallas, así que no conocían a nadie ahí. Para mayor privacidad, Brando la condujo hasta la oficina de su futuro suegro, ahí había una grandiosa biblioteca que se iba oscureciendo conforme las ventanas eran reemplazadas por libros para aprovechar el espacio.
Brandon creyó oportuno cerrar la puerta y así lo hizo mientras Scarlett observaba brevemente la colección de libros del señor Wilson. Ninguno de los dos dijo ni una sola palabra, al menos no en los primeros segundos, solo se alcanzaba apreciar el sonido de sus respiraciones, suaves y regulares.
Scarlett sintió el corazón en la garganta, había algo en el ambiente creado por los dos que la deprimió, aunque los lugares como ese siempre solían deprimirla, no era una chica a la que le gustara hacer los deberes por lo que creía fielmente que los libros, así como las personas aficionadas a leer mucho eran aburridos, todos excepto Brandon.
Los pesados muebles oscuros los sumergieron en un ambiente de penumbra, era como estar a los pies de una tumba en la que trataban de despedirse de alguien o algo, como el tiempo o el pasado. En un extremo de la amplia habitación frente a la chimenea, había un sofá de dos metros, el sitio preferido del señor Wilson, que alzaba su macizo respaldo como un enorme animal dormido.
Scarlett trató calmar los latidos de su corazón y se esforzó en recobrar el valor, así como en recordar con precisión lo que había planeado decirle a Brandon, pero no lo consiguió. Estaba tan nerviosa y temerosa que apenas recordaba como respirar. Solo podía pensar que lo amaba y que amaba todo de él, desde la punta de sus cabellos dorados hasta sus elegantes zapatos oscuras. Amaba su risa aunque la desconcertara a veces, al igual que sus extraños silencios.
—Imagino que ya debes saber cuál es el motivo de esta fiesta ¿Verdad?—dijo Brandon interrumpiendo el silencio abrumador que los separaba.
—Escuche rumores, si, pero no suelo hacer caso de lo que dice la gente chismosa—explico ella dándole la indirecta que no le creería a nadie más, a menos de que él mismo confirmara las habladurías de la gente.
Scarlett se mantuvo serena, se admiró de lo buena que era actuando porque Brandon no parecía notar lo ansiosa que se encontraba. Él desvió la mirada por un momento hacia el escritorio del señor Wilson, suspiro y luego se volvió hacia aquella hermosa chica que era más bella que ninguna otra que conociera, incluso aceptaba que era más bella que Melanie
Había entre ellos una tensión y en sus ojos un fulgor que nunca antes había sentido, pero al mismo tiempo, se sintió culpable por haber tenido que guardar ese secreto y esperar hasta el último segundo para poder hablar con ella.
—Lo siento—recito en voz baja mientras se aproximaba a ella para tomar su mano, ella empezó a temblar al intuir que aquello, como la miraba, sus palabras y el cómo se sentía el ambiente en la habitación, era una pesadilla. Mil pensamientos incoherentes atravesaba su cabeza, pero le fue imposible poder expresarlo en palabras. Solo pudo mirarle a la cara esperando a que continuara—yo debí decírtelo antes.
—¿Qué estás diciendo? —indago Scarlett sin querer dar oídos a lo que parecía una disculpa por algo que había hecho, algo que sabia que la iba a herir
Por un momento hubo un silencio tan profundo que pareció que ninguno de los dos respiraba, Scarlett sabia que le estaba tratando de decir, pero como último recurso, para salvaguardar su corazón y su dignidad pensó en una excusa para poder salir de ahí, para ya no escucharlo, pero sentía tanto dolor que no pudo pensar en nada más, ni siquiera tuvo la fuerza para mover un solo músculo.
Para no dejarse llevar por sus emociones, por la consternación, la incredulidad y el arrepentimiento, se concentró en su respiración mientras seguía mirando la afligida expresión de Brandon.
—Me estás diciendo que ese absurdo rumor es... ¿Cierto?—de pronto los ojos de Scarlett se nublaron un poco por lo que se animó a moverse lejos de Brandon y del contacto de su mano.
Brando se sintió más que culpable, no creyó posible que pudiera tener el valor para despedir lo que alguna vez había sentido por ella, así que se puso una máscara en su rostro, para ocultar su propia tristeza, trato de aliviar la tensión que había entre los dos de forma cortés y apareció en sus labios una sonrisa galante.