—Un final —repite Eduardo asintiendo mientras le cuento lo que me dijo Abel esta tarde. Se tira al sillón con un bufido y yo hago un sonido afirmativo mientras enciendo el ventilador. —Sí, me dijo que necesitaba "una noche" final. ¿Sabés qué significa eso? —expreso. Esboza una media sonrisa. —Que van a darle como conejitos por esos nueve años que se extrañaron con todo su corazón —responde. Me río. —Probablemente, pero también significa que es capaz de serle infiel a Roxana. Y eso es malo, primero porque ella es muy buena y no se merece sufrir. Y segundo, porque él es un tipo muy fiel, y el hecho de que quiera engañarla... bueno, me hace creer que no la quiere tanto como aparenta —contesto sentándome a su lado. Toma mi mano y acaricia con suavidad el dorso. —Mi amor... es hombre. El t