Aleksei
Hace doce años que la vida nos unió a Vicky y a mí. Ella llegó a Rusia con su hermana Lily cuando fueron adoptadas en Nueva York por Nicolay y Ragnar (ambas de diez años, yo tenía once entonces), aunque su primer día en el país no fue precisamente el más tranquilo. Aquella vez me encontraba con mi hermana en Kazán y fuimos enviados a Nóvgorod sin previo aviso, nadie nos quería explicar qué ocurría, pero en cuanto vi a Brie (una gran amiga de Nicolay y mi padre, que a su vez trabajaba como empleada para los Romanov), supe que algo muy malo había ocurrido, pero ni en mis más tontos sueños de la infancia creí que me encontraría con ese par de hermanas. Para mí fue una gran sorpresa y más porque ninguna quería hacer nada hasta el regreso de Nicolay (ya que él se encontraba en una reunión con mi padre y otras personas), pero la verdadera maravilla ocurrió cuando ellos llegaron malheridos y las hermanas se apresuraron a atenderlos con una experticia alucinante, considerando que se trataba de dos niñas atendiendo heridas de bala.
Con el tiempo, cuando nos mudamos a San Petersburgo con los Romanov y la familia de Brie, tuve la oportunidad de conocerlas a mayor profundidad y más porque vivíamos en una enorme casa a las afueras de la ciudad. Lily, por su lado, nunca mostró una señal de rebeldía, por el contrario, era muy hogareña, obediente, estudiosa y entrenaba duro cada día pese a no gustarle las confrontaciones, así como le encantaba estar con su familia aun cuando no tenía a su madre con nosotros ya que ella vivía en Nueva York, así como mi madre vivía en Portugal con mi hermano mayor por cuestiones laborales. En contraparte, Vicky era una rebelde sin causa, provocaba desastres a donde iba y su risa era la que más resonaba en los rincones de la casa, aunque yo me volvía un idiota cuando la alteraba y más porque ella gustaba de darme pelea. Nunca se quedaba callada, le encantaba entrenar conmigo porque siempre lo tomábamos como un reto diario y cuando ingresamos a la escuela, la situación subió de nivel ya que siempre queríamos estar por encima del otro y más porque estábamos en la misma clase, claro que nunca conseguimos el primer lugar ya que ese se lo ganó Lily una vez dominó el idioma, pero no por eso dejábamos nuestros enfrentamientos.
Asimismo, fue en la escuela donde conocimos a Nika y Yuliya, ellas se volvieron íntimas amigas de Vicky, aunque Nika y Lily gustaban de estar conmigo sin pleitos y por eso tomaban una posición neutra en nuestras discusiones, Yuliya en cambio tomaba el mismo rumbo de Vicky, eran como dos incontrolables gotas de agua y su parecido era impresionante, pero mis ojos nunca se apartaron de Vicky y con los años comprendí que esa amistad se había convertido en amor, uno que quise proteger con mi vida, uno que me hizo tomar la decisión de ocupar a futuro el lugar de mi padre y más cuando ella confesó que quería heredar el imperio mafioso de los Romanov, por lo que no estaba dispuesto a dejarla sola. Fue así que sus amigas se nos unieron, siendo Nika la más aplicada y quien estaba a la par de nosotros, en cambio Yuliya no tenía gran interés de estar en la mafia, pero sí ansiaba vivir rodeada de lujos y estaba dispuesta a lo que fuese con tal de cumplir sus objetivos, por eso jamás consiguió una posición alta en la organización.
Por desgracia no puedo decir que todo fue a las mil maravillas en la adolescencia… Después de navidad, cuando cumplí quince años, creí que Vicky sentía algo por mí y más cuando me confesó que quería saber qué se sentía estar con un hombre, mi corazón latió como loco porque de todos los imbéciles que la rodeaban como buitres en la escuela, ella me había escogido, me confió sus miedos, sus sueños, su intimidad, conmigo se abría cuando necesitaba a alguien que comprendiera lo que era estar en este mundo tan sanguinario y peligroso, ya que Nika y Yuliya venían de familias de renombre, pero ninguna tenía nexos con la mafia. Sin embargo, esa semana cuando quise pedirle que fuese mi novia, la encontré besándose con otro chico en la escuela, eso me rompió el corazón y no quise saber de ella en un buen tiempo, pero tampoco me sentí capaz de abandonarla sin saber quién quería entrar en su vida y fue peor cuando me enteré del abuso que sufrió meses después cuando viajó con su familia a Japón y ella se escabulló.
Vicky nunca lo supo, pero su padre me contó en un momento de debilidad que habían encontrado evidencia de abuso, pero al no haber signos de violencia (más allá de haber sido drogada), era imposible concluir si ella se entregó voluntariamente a alguien o en verdad fue violada. Por petición de su padre guardé el secreto para no perturbarla y me enfoqué en cuidarla en las sombras sin hacerle ningún reclamo, tampoco le confesé mis sentimientos y en vez de eso me convertí en su amante, su protector y confidente, uno que calla su dolor cada vez que la ve en brazos de otro hombre y se entrega de corazón cuando me da la oportunidad de acompañarla en su cama.
Lo que más anhelo, es que ella elimine esa barrera entre nosotros, me encantaría que me hiciera el único hombre en su vida para demostrarle que conmigo lo tendría todo, porque en verdad estoy dispuesto a todo por ella, mi lealtad es para su familia y sería el hombre más feliz del mundo si pudiera convertirme en su esposo y el padre de sus hijos, pero ese es un sueño que se desmoronó cuando Nicolay me ordenó reunirnos hace unas semanas en secreto para contarme que le daría el mandato a Vicky, pero solo con la condición de que yo estuviese a su lado, así como también debía estar Nika. Nunca me imaginé que él me pediría algo semejante, pero no había dudas de su parte y él no estaba dispuesto a darle el control a su hija sin asegurarse primero de que yo estaría a su lado, le pregunté el motivo de esto, pero dijo que un día me lo diría, por ahora debía enfocarme en lo más importante y con ello recibí mi primera orden como segundo al mando, una orden que he de cumplir sin importar el sacrificio que deba hacer y más ahora con la aparición de Serik en nuestras vidas.
—Nika, ¿hay novedades de Ivanov? —pregunté en cuanto contestó mi llamada.
—Hola para ti también, me alegra saber que estás mejor y listo para la guerra después de cuatro días en cama —soltó sarcástica fastidiándome un poco, lo que pudo notar por mi bufido—. No hay noticias ni ataques hasta ahora, pero en breve llegará una leona furiosa a casa.
—Creí que se quedaría en Moscú.
—Ese era el plan, pero la señorita echó humo en cuanto supo que casi mueres.
—Será porque no le conté lo que haría, no porque casi muero —comenté apesadumbrado—. En fin, ¿Cuánto tiempo tengo antes de que…?
—¡ALEKSEI!
—Olvídalo, ya rugió —dije estresado al ver a Vicky bajar de la camioneta llamándome a gritos y aunque Nika reía por el hecho, también se notaba preocupada.
—Descuida, ya estoy cerca para respaldarte.
—A todo esto, ¿en dónde te metiste?
—Pronto lo sabrás, por ahora deberás contener a la fiera hasta mi arribo —alguna travesura estuvo haciendo la muy descarada, pero conociéndola como la conozco, seguro se hizo otro cambio de imagen a raíz de su nuevo nombramiento como nuestra mano derecha.