Capitulo 1

1478 Words
Hola, antes de que lean esta historia les diré que tengo una anterior, se llama Encadenada a ti y por petición de mis lectoras, para las que es muy difícil adquirir el libro en formato digital o físico, les aviso que pondré la historia al final de esta, por si están interesados en leerla, podrían comenzar por esa para que conozcan a Dayna Williams y Jacob Foster ♥️ Les recuerdo que fue mi primera novela, por lo que es muy sencilla, pero es muy especial para mí y espero que la disfruten mucho. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ *Todos los derechos de esta obra son reservados bajo el número 2104027394024* ♥Es la misma historia solo que con algunas ediciones, gracias♥ ******************************************************** Y aquí vamos de nuevo, otro día más con mi casero tocando la puerta. —Srita. Lina, necesitamos hablar, el próximo mes subiré la renta y usted aún no me paga esté mes. Respiro hondo y abro la puerta. —Sr. Ying tengo prisa, pero le prometo que el viernes sin falta le pagaré el mes, y buscaré donde vivir, pero tiene que darme unos días. —Sólo una semana, porque tengo que rentar este apartamento cuanto antes. Por Dios, esté apartamento está en muy malas condiciones, y esté hombre quiere subir la renta casi al doble, está loco. Me dirijo hacía mi trabajo, llevo mi uniforme azul y el cabello recogido, cuando me contrataron me dijeron que es una cláusula que tenemos que respetar, para mi es mucho mejor ya que no tengo ropa presentable para una empresa cómo está, y para suerte mía los uniformes corren por gastos de la empresa. Estuve trabajando en varias empresas, hasta que llegue aquí a Foster Merchant Marine, es una empresa muy importante aquí en New York, y aunque tengo un muy buen sueldo, tengo algunos problemas económicos, porque a mi madre le diagnosticaron Alzheimer hace algunos años, su condición fue empeorando, y no tuve más remedio que internarla en un clínica especializada, porque yo no podía darle la atención que ella necesitaba. Todos los fines de semana voy a visitarla, en algunas ocasiones me reconoce y otras no, al principió yo lloraba mucho, porque todo esto ha sido muy difícil, pero prefiero no perder el tiempo y disfrutarla el mayor tiempo posible. Mi padre nos abandonó cuando yo tenía 5 años, no volvimos a saber nada de él, al menos yo ni siquiera lo recuerdo, mi madre dice que me parezco a él, que tengo sus ojos claros y su cabello castaño. Mi madre siempre trabajó para sacarnos adelante, hasta que entre a la universidad y ella empezó con problemas de salud, por lo que fue muy difícil que siguiera trabajando. Así que interrumpí mis estudios, y me puse a trabajar para ayudar a mi madre con los gastos. Hace unos meses tengo una nueva jefa, la Srita. Dayna Williams, nos llevamos muy bien, ella es una excelente profesional, y yo trato de ayudarla en lo que puedo, aunque a veces es un poco reservada. Tomo el autobús para llegar a la oficina, me queda un poco lejos, así que necesito irme una hora antes para llegar a tiempo. Cuando llegó está Clara la recepcionista, desde que llegué a trabajar aquí me hace mala cara y no entiendo el porqué. —Buenos días, Clara —la saludo y ella me tuerce la boca, antes de que por su boca salgan sapos y culebras como siempre, corro al elevador y la dejo con la palabra en la boca, esa mujer siempre molestando a todo el mundo, excepto a los hombres, a ellos si les sonríe, no puedo negar que es guapa, pero su carácter no le ayuda mucho que digamos, además de que siempre esta maquillada en exageración y usa su uniforme mucho más corto de lo que debería ser. Llego a la oficina que está en el cuarto piso y preparo la agenda de la jefa, al ratito llega muy pensativa como si estuviera enojada, me dice que necesita hablar conmigo, mi corazón empieza a latir muy fuerte, ella al ver mi cara sonríe y me dice que es algo bueno, que no me preocupe. —Por cierto, acabo de tener una discusión con Clara, no entiendo porqué es tan amargada. —Ni yo lo entiendo, parece que odia a todas las mujeres del mundo. —Le dije que prefiero estar pálida a ponerme kilos de harina todos los días —dice Dayna soltando una carcajada. —No deberías hacerle caso, esa mujer está amargada aparte de enharinada. Las dos nos soltamos riendo. —Bueno a trabajar que tenemos mucho que hacer. —Aguafiestas —le contesto sonriendo. Entra a su oficina y cierra la puerta. Estoy muy entretenida trabajando cuando me llama mi compañero Steve, él trabaja en el quinto piso en el área de informática, es muy agradable y no es feo, él chico tiene su encanto, pero no para mi, yo todavía sueño con tener un príncipe azul; que ha de venir de rodillas porque nada que me llega. —Hola —le contesto. —Hola Lina, me gustaría invitarte a comer en tú hora libre, podemos ir a la cafetería que está a la vuelta, tienen muy buena comida. Me quedo pensando por un momento, porque normalmente traigo algo para comer, pero hoy no tuve oportunidad de traer nada. —Está bien Steve, acepto tú invitación. —Muy bien, entonces te espero en la recepción —me dice muy emocionado. Entro a la oficina de mi jefa y cuál sería mi sorpresa, me invita a vivir con ella, no puedo creerlo, vive en una zona bastante cara y aunque muero de ganas por decirle que sí, le explico que no puedo permitirme una renta tan cara. Me aclara que me cobrará una cantidad módica, así que acepto encantada, no puedo dejar de llorar, me abraza y me dice que cuando guste mudarme para ella está bien, es una gran oportunidad para mi, no puedo estar más agradecida. Platicamos por un rato más hasta que tiene que irse a una reunión con la hermana del jefe, la Sra. Jane Tremont, quien se encarga de todo mientras el Sr. Foster está fuera de la ciudad, aunque Dayna aún no lo conoce si hablan por teléfono, el jefe ha estado fuera por varios meses. Se llega la hora de la comida, así que tomo mi bolsa y me dirijo a la recepción. Ahí está Steve, esperándome muy contento. —Que hermosa te ves Lina. Yo sonrió porque todos los días estoy igual vestida e igual peinada, pero en fin, le agradezco el cumplido y nos vamos. Para nuestra mala suerte la cafetería está llena, hay mucha seguridad, encontramos una mesa desocupada pero tardan una eternidad en atendernos, al parecer hay un político muy importante y tiene a toda la gente ocupada. Steve se siente un poco avergonzado porque solo tomamos un café y una ensalada. —No te preocupes Steve —digo quitándole importancia. —No puedo creer que la primera vez que me aceptas una invitación pase esto. —Ya habrá otra oportunidad. —¿De verdad? —Sí Steve, pero ahora vámonos que se hace tarde. Cuando vamos a la salida llevo mi café en la mano y me topo de frente con alguien, es un hombre mayor. —Fíjese por donde camina, me echó el café encima —me grita molesto. —Pues usted también podría fijarse, pero como trae tanta seguridad no cabemos todos en la puerta ¿acaso no pueden esperarlo afuera? Me ve como si quisiera ahorcarme y sale furioso de la cafetería. Después salimos Steve y yo para ir a la oficina, de nuevo le agradezco la comida a Steve y me voy a seguir trabajando. Mi jefa regresa de la reunión y se encierra en su oficina, yo sé qué está trabajando en algo importante, pero no quieren que nadie lo sepa y yo prefiero no preguntar, así que cuando llega la hora de salida, me despido de ella y me voy a mi apartamento. Cuando llego, el Sr. Ying me ha dejado una nota para cobrar la renta, está misma tarde lo llamaré para pagarle y decirle que por fin me voy. Llamo a mi tía Sol, hermana de mi madre para saludarla. —Tía ¿cómo estás? —Mi niña ¿cómo estas? Qué alegría escucharte, tengo tantas ganas de verte. —Estoy bien tía, yo también quisiera verte, pero sabes que el pasaje a Houston es caro y ahorita no puedo permitírmelo. —Lo sé mi niña, pero Dios te va a compensar por lo que haces por tu madre, eres una excelente hija. Yo sonrió con tristeza, no puedo evitar que me duela mucho la enfermedad de mi madre, después de platicar por un rato nos despedimos, me hago algo para cenar y después me voy a la cama.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD