Por la noche, ceno con papá en el restaurante c***o y me atiborro a sushi y tallarines. Me intenta explicar porque hizo lo que hizo, pero no quiero saberlo y hablamos mejor de como le va en Australia y a mi en la Universidad. Aparcados frente a casa, pregunta: — ¿Qué tal le va a tu madre? Le regalo una mirada cansada y le señalo la puerta de casa con la cabeza. Mamá está asomándose por el pequeño cristal que tenemos. —Deberíais hablar. Estoy cansada de vuestro comportamiento inmaduro. Baja del coche y ve, papá. Suspira a lo grande y se desabrocha el cinturón. Seguro que mamá lo ha visto con sus gafas súper mega graduadas. — ¿Vamos? Al otro lado de la calle están Dustin y Max fumando. Le podría haber preguntado que porqué lo hace y recibir una mejor respuesta de porqué le gusta