El avión aterriza suavemente y, apenas se abren las puertas, Valentina siente que un aire distinto la envuelve.
El murmullo de la gente en el aeropuerto, los letreros luminosos en otro idioma, el movimiento incesante de viajeros apresurados con sus maletas… todo le parece como un cuadro vibrante y fascinante. Sus ojos se agrandan al recorrer cada rincón, absorbiendo cada detalle como si quisiera grabarlo para siempre en su memoria.
—Es más hermoso de lo que imaginaba —susurra para sí, mientras aprieta con fuerza la correa de su bolso.
Declan camina a su lado, impecable con su traje oscuro. Su sola presencia impone respeto, y al mismo tiempo le transmite una calma inesperada. Cuando sus miradas se cruzan cada tanto, él le dedica una sonrisa discreta, una que no parece practicada, sino g
