—¡De ninguna manera! ¡Ellos no me traicionarían! —Si crees que es Danica, entonces muéstrame pruebas, si no tienes ninguna, mejor cierra la boca, la empresa ya está siendo indulgente contigo, así que no tientes tu suerte. Ante la mirada penetrante de Genevieve, Lucía sintió que todos sus planes quedaban al descubierto, ella bajó la cabeza, sintiéndose un poco culpable. —Entiendo, volveré al trabajo ahora. Genevieve no respondió y tomó un expediente para leer. Lucía sabía que Genevieve estaba claramente enojada, así que no se atrevió a decir más y salió de la oficina en silencio. De vuelta en el departamento, lo primero que hizo fue dirigirse al escritorio de Danica. —Danica, hacer trucos sucios a espaldas de los demás no es una verdadera habilidad, te sugiero que te concentres en tu