La puerta se cerró y solo quedaron Abby y Colton ahí adentro, el aire se ponía cada vez mas pesado y la tensión aumentaba con cada fracción de segundo.
—Que horrible olor— dijo Colton y arrugó la nariz.
Abby sabía que él solo quería ofenderla, pues su perfume no era cualquier cosa, era un Cartier de edición limitada, un perfume que costó unos cuantos de miles y valía cada centavo.
—¿Esta seguro que no es usted?—Ella se atrevió a preguntar.
Colton sonrió ante el descaro de esa mujer, nunca nadie lo había cuestionado de ese modo, ¿Acaso ella no sabía quien era él?.
—Te voy a dejar algo en claro, si aún estas caminando en tus dos piernas, es por que yo así lo quiero, no creas que estas salvada o que tienes algo de poder, no eres nada.
—¿Y por que pierde su tiempo hablando conmigo?, ¿Esta seguro de que su prometida no puede caminar?, tal vez es solo un montaje para que le lleve las cosas a la cama.
La burla de Abby hizo que Colton se enojara mucho, paró el elevador y la sujetó del cuello con su grande mano, Abby se asustó un poco pero no borró su sonrisa.
—¿Cómo te atreves a insultarla?.
—Acabe conmigo de una vez entonces.
—¿Crees que te pondré las cosas muy fáciles?—Preguntó Colton mientras la veía de cerca, ella en verdad tenia una piel muy limpia, y él solo jugaba, ella olía extremadamente bien.
‘¿En que estoy pensando’ se reprendió a si mismo.
Abby tenía un plan, sabia que Geraldine estaba enamorada de Colton y Colton de ella, así que planeaba enamorarlo y alejarlo de esa mujer, luego deshacerse de Colton y verlo hundirse en la miseria, y por último hacer que Lucy perdiera todo, siempre fue la niña consentida de la familia Lee, iba a desprestigiarla tanto, que todos la odiarían, en cuanto a Geraldine, Abby estaba segura de que fingía ser inválida, o tal vez era verdad, si su discapacidad era real, era lo menos que merecía por haberla inculpado, como fuera, iba a desenmascararlas.
Así que sin pedir permiso, Abby se aferró al cuello de Colton y lo besó en los labios, fue una idea descabellada de la cual se arrepintió casi de inmediato. Colton se sorprendió mucho por esa acción tan sin vergüenza, su ira fue en aumento, esa mujer si que tenía agallas, quería intimidarlo, pero pronto se iba a llevar una sorpresa.
En lugar de alejarla, él la sujetó con fuerza y profundizó aquel beso, eso hizo que Abby entrara en pánico, ¿Qué estaba pasando?, sentía que no podía respirar, así que le pegó en los hombros para alejarlo, pero Colton no lo hizo, quería verla ahogarse en su propio juego, cuando la chica se empezó a quedar sin fuerza, Colton la soltó y la miró respirar como si recién hubiera estado bajo el agua por mucho tiempo, se limpió los labios y se acomodó el traje.
Presionó un botón del elevador y este empezó a moverse. —Ahora tendré que lavarme la boca al menos cinco veces para quitarme este sabor tan desagradable —Mintió él, la verdad era que, aunque fue un beso lleno de odio, Colton se sintió un poco abrumado, el sabor de la chica era único, tenía un sabor dulce y a menta, combinado con su aroma, fue algo sorprendente.
Abby aun no podía recobrar sus sentidos, lo miró con furia y rechinó los dientes, cuando el elevador se abrió, ella se apresuró a bajar, fue directo al baño y se limpió la boca a conciencia, ese hombre pervertido, la acababa de insultar.
Cuando salió de ahí, fue a la oficina que le asignaron, era una oficina sumamente pequeña, con un escritorio viejo y una silla que en cualquier momento iba a ceder, solo había una pequeña ventana y todo olía a polvo.
Abby dejó sus cosas y se sobó la frente.
‘Resiste Abby’, se dio ánimos así misma.
Se estaba instalando cuando Lucy interrumpió.
—Te dije que no volvieras nunca más.
Abby esbozó una enorme sonrisa. —Me enteré que eres vicepresidente de Dikens, ¿Qué fue lo que hiciste Lucy?, ¿Esa mujer te perdonó a ti, pero me odia a mi?, no es eso algo ridículo.
—Más te vale que juntes tus cosas y te largues.
—¿Por qué?, ¿Tienes miedo de que diga algo?.
—Colton va a destruirte viva si no te vas ahora.
Abby se cruzó de brazos y negó. —No voy a irme, ya firmé un contrato, ¿No lo viste?, ayer Colton me obligó, al parecer le caí bien.
—¿Te has vuelto loca Abby?.
—Tal vez si, así que ten cuidado de meterte conmigo de nuevo, y si tanto quieres que me vaya, ve y dile a ese engreído hombre que me deje libre.
Lucy apretó los puños y salió de la oficina, Abby solo suspiró y continuó con sus cosas, durante el resto de la tarde estuvo en el departamento de diseños, viendo en que trabajaban, miró las telas y llegó a la conclusión de que no eran las adecuadas, eran telas de baja calidad.
—¿Quién es la diseñadora?.
—Tenemos tres, pero la señorita Geraldine esta a cargo de todo.
Abby asintió y fue a su oficina, tocó a la puerta y entró con cautela, Geraldine estaba en su escritorio, hizo una mueca al ver a Abby y agitó su mano. —¿Qué quieres?.
—Estaba viendo los diseños, algunos no son buenos, están pasados de moda o los colores son muy vivos, he visto que solo manejan tres tipos de tallas, lo cual es absurdo.
—Son mis diseños.
—Lo sé, me lo dijeron, ¿Vas a modificarlos?.
—Eres la experta ¿No?.
—¿Quieres que me encargue de todo?.
—Has lo que te de la maldita gana, pero no me molestes.
Abby asintió y antes de salir se giró para verla. —¿Por qué hacen todo esto tu y Lucy?, ¿Qué ganan realmente?.
Geraldine sonrió. —¿Cómo te atreves a pedirme explicaciones, después de que fuiste tu la que atentó contra mi vida?.
Abby pensó que tal vez Geraldine había olvidado lo que ocurrió aquella noche, era una posibilidad. —En fin, no soy tu enemiga, solo termino aquí y me voy, tu prometido ya te lo dijo, él se encargará de destruirme una vez que acabemos, confía en su palabra.
Geraldine arrugó la cara y la miró salir, tenia que ocuparse de ella, antes de que todo saliera a la luz.
Llamó a Lucy y al verla entrar le indicó que cerrara la puerta.