POV ANDREA Siento el cañón del arma pegado a mi sien, frío y duro, al igual que su v***a que está latente y que no deja de rozar contra mi cuerpo. Su boca estuvo en mi jodida teta. Estaba chupando mi pezón y yo estaba gimiendo como zorra. «¿Qué mierdas me pasa?». Su presencia invade por completo mi cuerpo. Es tan grande, que tengo que mantener mi cabeza arriba para tratar de mirar algo en medio de esta oscuridad. Apenas y vislumbro la silueta de su rostro y siento la barba que raspa mi piel cuando se acerca a mí. Su mano está peligrosamente cerca de mi entrepierna y sé que, si la mueve un poco más, estaré perdida. «¿Qué es esto? ¿Por qué estoy tan mojada si tengo una jodida pistola apuntándome la cabeza? Tengo que estar loca». —Eres un maldito loco —le suelto, sin importarme

