Samara Cuando miré al lugar al que me trajo, entendí porque dijo que era un lugar que seguro no había visitado. El edificio se veía bastante sórdido y oscuro, tenía que confesar que me daba un poco de miedo entrar. Sin embargo cuando me abrió la puerta, entré, siendo golpeada por el aire helado que escapaba de su interior. Dentro no era muy diferente a lo que se veía desde el exterior, las paredes de ladrillos, seguro habían visto mejores días y dudaba que fueran muy atentos a la limpieza. Cuando Aryeh me instó a seguirlo, arrugue mi nariz y caminé tras de él, un poco aturdida por el olor a cigarrillo y las personas de aspecto un poco aterrador. Él se sentó en un reservado, como si viniera aquí seguido, mientras yo me senté lentamente. No era por ser critica o algo delicada, pero