Jonás La mañana no había comenzado como esperaba. Mis planes eran despertar junto a Faith y quedarme con ella, al menos, hasta mediodía antes de ir a trabajar. Pero al parecer mis compañeros no querían lo mismo, ya que a las ocho y media habían comenzado a llamar, para solicitar mi presencia inmediata en la comisaría. El cartel al cual estábamos investigando, había descubierto a dos de los infiltrados, acribillándolos y exhibiéndolos en mitad de la plaza principal. Los jefes estaban molestos, los demás oficiales y sobretodo yo, también, ya que últimamente todo parecía venirse abajo. Tenía al bastardo que no dejaba de perseguir a mi compañera, un maldito que se ensañaba con sus victimas y al que no le permitiría llegar a Faith. Por otro lado, Sosa y los suyos solo seguían burlando