—Si te soy sincero... No tengo ni idea. La verdad es que me tomó por sorpresa la noticia, no tengo idea de lo que pasó por mi mente. Cuando llegué a mi casa me puse a pensar y sentí odio. Odio de que te hayan hecho sufrir a vos también y quería venganza. —¿Venganza? ¿Cómo? Suspiró y apoyó la mano sobre la mía, me miró a los ojos y esbozó una media sonrisa. —Tenemos que estar juntos. Frecuentar los mismos lugares que ellos, hacer de cuenta que estamos bien sin ellos y que nos confortamos juntos. —Pero... no estamos enamorados. —Lo sé, solo quiero que vean que estamos bien juntos y que ya los superamos. —No sé si sea buena idea, la verdad. Ellos el otro día me vieron con un amigo y se hizo pasar por mi novio, no quiero que piensen que soy una cualquiera. Siguió comiendo en silenci