Alpha Red.

●▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬▬● 14 de febrero del año 2021. Las campanas de la iglesia suenan anunciando el momento más esperado por mi, afuera el clima es perfecto, no ha llovido y tampoco hace viento. Agradezco internamente mientras intento calmar mis nervios, hoy es el día, hoy 14 de febrero, voy a dejar de ser Adele Grey para convertirme en la señora de Ruiz-Tagle. Espere por este momento desde que tengo memoria y ahora por fin va a suceder. ―Cariño, ha llegado el coche. –anuncia mi madre desde el marco de la puerta, con una sonrisa nostálgica. —Es hora mamá. –digo en voz alta para hacerlo válido en mi cabeza–. Es hora. Caminamos juntas hasta la salida, mis manos están temblando, apenas puedo creer que después de dos años de noviazgo con Lionel, por fin nos vamos a casar. Él siempre fue todo lo que busqué en un hombre, es romántico, atento, caballeroso y gracioso. Me hace feliz y aunque no siempre estamos de acuerdo con todo encontramos una solución a las cosas. Llego a la iglesia en compañía de mi madre y aguardo en la pequeña sala que se encuentra a un lado de la iglesia, puedo observarlos a todos y ellos a mi, las sonrisas de mi familia y amigos me hacen sentir que estoy tomando la decisión correcta. Mi celular suena y veo que es un número que no tengo registrado, atiendo la llamada lo más silenciosa posible. —¿Diga? —Adele... Lamento mucho decirte que no iré a la iglesia. –confiesa Lionel del otro lado de la ―¿A qué te refieres con que no vas a venir? ―hablo más fuerte de lo que pretendo. ―Mira Adele, no quería llegar a esto, ayer yo quise llamarte y explicarte las cosas pero no tuve el valor. ―¿Y me lo dices hasta ahorita? ¡Estoy en la iglesia! Ridículamente vestida para ti y tú simplemente me dices que no vendrás, debes estar jodiendome. ―Te juro que quise hablar de esto desde hace meses pero... ―¡¿Hace meses?! –interrumpo–. ¿Estás queriendo decir que ibas a contarme de esto hace meses? ¿Por qué diablos no lo hiciste? ¿Por qué esperaste hasta hoy? ―Anoche cuando abordé el avión yo... ―¿Cuál avión? ¿Dónde estás? ¿Por qué me haces esto Lionel? ―¿Quieres dejar de interrumpirme? maldita sea Adele, estoy tratando de explicarte que hace meses que estoy enamorado de alguien más, pero que no había conseguido el valor para hacértelo saber. Quise, realmente traté de hablar sobre esto pero tú estabas tan emocionada con la boda que no encontré un momento. »Es mejor que entiendas de una vez que esto no iba a funcionar y que lo nuestro fue una ilusión y sí, hubo buen sexo no lo niego pero de eso a querer pasar el resto de mi vida contigo, pues no. Lo siento. Sé que teníamos planes y créeme que no te pelearé nada, quédate la casa, es para ti y pues disfruta de la recepción, está todo pagado ya. Lionel cuelga la llamada y yo aún tengo el teléfono pegado a la oreja, todos en la iglesia me miran, mi madre, quien platicaba con algunas personas se da cuenta de la situación y camina hasta mi. ―¿Adele qué ocurre? Siento las mejillas mojadas, la gente empieza a murmurar, quiero correr, huir, pero mis pies están pegados al suelo. ―No vendrá. ―susurro solo para ella. Sus ojos se abren con sorpresa dejando caer su dolor. Como escena dramática de telenovela, el ramo cae de mi mano, entonces reacciono, debo salir de ahí. Alzo mi vestido y corro, corro lo más rápido que puedo mientras mi madre me llama, pero no me detengo. Me permito llorar mientras la gente se esconde de la repentina lluvia, el cielo esta triste, tan triste que llora junto conmigo y mi corazón roto. Me siento en la primera banca cerca de la torre del reloj, la lluvia caer sobre mi sin piedad pero lo agradezco ya que mi llanto se nota menos. Paso algunas horas ahí, pensando en que hice mal para merecer esto. Ya casi estoy seca cuando miro el reloj, son casi las diez, la recepción debe estar lista, me levanto de la banca en la que estoy, iré a mi fiesta, después de todo no voy a desaprovecharla. Camino hasta el lugar que no está muy lejos de ahí, voy a beber y voy a bailar y voy a mandar al carajo dos años de mi vida junto al imbécil de Lionel, deseándole de corazón que jamás en su asquerosa vida vuelva a encontrar una mujer como yo. ●▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬▬● ―¡Ya te dije que es mi boda, animal! –le grito al de seguridad que no me permite entrar. Él me mira con el ceño fruncido y vaya que no es para menos, estoy algo mojada y sucia, con el maquillaje y el cabello hecho un desastre. Un chico, mesero quiero suponer por el uniforme que lleva, le asiente con la cabeza y a regañadientes me deja entrar. Miro las enormes letras que elegimos para adornar la entrada, las flores que mandamos a pedir y toda la decoración del lugar, las velas están encendidas, lloro de nuevo al verme sola, camino hasta la barra y pido un tequila, lo bebo sin pensarlo. El mesero, que ahora se encuentra en la barra me da la botella completa y se sienta frente a mi. No dice nada, solo sirve tequila para ambos. Y así paso la hora más eterna de mi vida, bebiendo con un desconocido, el mariachi ha llegado y no dudo en pedir que comiencen a tocar a pesar de sus sorpresivas reacciones. Está de más decir que estoy muy ebria, pero también dolida. Veo todo en cámara lenta, grito su nombre y un par de incoherencias, el chico de la barra se ríe de mi, o conmigo quizás, el vestido me estorba, pido unas tijeras y lo rompo haciendo que sea menos estorboso, me subo a la silla finamente adornada y canto a todo pulmón. ―Nunca serás feliz maldito hijo de perr... Caigo sin poder evitar y el mesero sexy se acerca hasta mi, me río como loca y luego lloro de nuevo mientras él me mira desde arriba preocupado. ―¡Bésame sensual hombre del tequila! ―le pido de manera infantil. Él me levanta con cuidado y me abraza. ―No sé que haya sucedido, pero pasará. Si te sirve de consuelo el pastel está delicioso. Me limpio las lágrimas y caminamos de nuevo a la barra, me prepara agua mineral con hielo con la finalidad de bajar mi borrachera. Cuando me siento más tranquila se ofrece a llevarme a casa, acepto por que no quiero ir sola. El mesero del que aún no sé su nombre se porta de lo más caballero conmigo, nunca intento pasarse de listo o aprovecharse de mi estado. —¿Segura que estarás bien? –cuestiona desde el coche. —Sí, descuida. Gracias por traerme y aguantarme esta noche. —No es nada, entra y ya verás que mañana tal vez algo mejore. Asiento y camino hasta la puerta, tomo la llave de debajo del tapete y abro. Ya en casa, bañada y menos ebria, reviso mi celular, hay una foto de Lionel en la torre Eiffel, con su mejor amiga, el pie de foto me rompe de nuevo. "Feliz primer aniversario bonita, por más años juntos" Mientras ella presume un anillo en su dedo anular izquierdo, me hirve la sangre, quiero matarlos. ―Maldito hijo de... ¡Mierda! Tiro el celular lejos de mis manos, estuve ciega. No fueron meses sino un año y me negaba a creerlo. Yo estaba enamorada, mucho, pensé que él también lo estaba, ya me di cuenta de que aquí la única que sentía amor, era yo. ¡Qué ilusa! Me levanto de la cama y tomo la maleta del closet, meto toda mi ropa y busco el folleto que Amaya me entregó, buscaré un lugar, el más remoto del mundo y me iré a vivir ahí. Quiero estar lejos de todo lo que me recuerde a Lionel, todos a esta hora ya deben estar burlándose de mi y no sé si podré vivir con semejante vergüenza. Dejada en el altar un 14 de febrero no es algo que se vea todos los días.