Con la mujer convaleciente en sus brazos entró a prisa por las puertas de emergencias del hospital más cercano, la preocupación lo tenia tenso preguntándose cómo había pasado aquello y si acarrearía consecuencias graves. La posición de la herida no era en cualquier lugar, podría haberle perforado cualquier órgano, pese a la situación en la que se encontraba no dejaba de preocuparse por ella, no quería que nada malo le pasase porque de ser así él... ni siquiera se atrevía a sopesar lo que sucedería ante tal desastre. Después de media hora esperando impaciente en la sala de espera lo dejaron pasar a la habitación donde ella reposaba, habían costurado la zona y afortunadamente la herida había sido superficial y no había causado ningún daño interno. —¿Cómo te sientes? —preguntó tratando de