Axel

Esta es la historia de como una persona cambio mi mundo. Esa persona fue mi mejor amigo. Termine ganándome el odio de media ciudad. Todo gracias al haber terminado en la cama con mi mejor amigo. No era desfavorable, pero al ser uno de los chicos más cotizados en nuestro pequeño pueblo, digamos que a la mayoría de chicas no les gusto saber que era yo en quien pensaba cuando él se tocaba, tampoco les gusto saber cómo llegamos a la cama juntos. ¿Cómo empezó? ¿Cómo diablos termine en la cama con mi mejor amigo? Y no solo una vez, sino más de una. ¿Cómo llegamos a ser mejores amigos con "derechos"? Habrá un truco de magia que revierta dicho hechizo, habrá algo que me haga dejar de ser tan idiota y ser sincera con él. No lo sé, tal vez decirle un "te veo de otra forma que mi amigo con derechos", "muero por ser tu princesa y seas mi príncipe". Sí Axel supiera que yo ya me tocaba mucho antes de que lo atrapara a él, las cosas habrían sido distintas en todos los sentidos. Había regresado de acompañar a mi tía del supermercado, aquella tarde le quería mostrar mi nuevo disco a Axel, pero las cosas no terminaron muy bien para ninguno de los dos. Su casa se encontraba en completo silencio, como era de costumbre subí a su habitación. Pensé en esperarlo ahí hasta que regresara. Abrí la puerta de su habitación, el hedor masculino se hizo más que presente, las paredes teñidas de un gris bajo, con los posters de Nirvana, Ramon's, Green Day, resaltando en estas. Mire una cama vacía a medio tender, ropa tirada sobre todo el suelo. Y a mi mejor amigo. El chico estaba sentado frente al escritorio, antes de caminar a él, escuche un par de gemidos. "Axel, ¿enserio? Es mediodía y estás viendo porno, eso deberías dejárselo a los pubertos", pensé. Pero me percate de lo real que sonaban. Levanté la planta de los pies mirando hacía al monitor de su Mac, en ella en lugar de encontrar una escena porno, como de costumbre, miré mi Instagram. ¡Mi Instagram! ¿Qué coño hacía, Axel stalkeando mi Instagram? Axel hecho la cabeza hacía atrás, su expresión era de total placer. Tenía los ojos cerrados, su cabello revuelto le caía en la frente, exhalaba e inhalaba de forma agitada, sus manos subían y bajaban a una velocidad impresionante. Entonces, si no había porno, y Axel se estaba tocando, pero estaba mi Instagram, eso solo significaba una cosa. Se la estaba jalando mientras me imaginaba. Termine aclarándome la garganta. Se quedó helado, mirando a su monitor, su cuerpo temblaba y sus manos habían dejado de moverse. Cerro la laptop con precisión, haciendo temblar el escritorio y también a mí. Sentí el sudor deprenderse alrededor de mi cuerpo. - ¡Mierda! - Fue lo único que dijo. - ¡Qué enorme pene! - Pensé en voz alta. Trague saliva con dificultad. Quería que la tierra me tragará, pero el parecía ser a quien quería que se lo tragará la tierra. Se dio la vuelta con sutileza. Entonces tuve un amplio campo visual de él y su increíblemente miembro. Las mejillas me habían empezado a arder, mis ojos no dejaban de verlos. Era como si vieras una película y te quedarás asombrado con ella, simplemente repitiendo cientos de veces la misma escena. Una mutua conversación fue suficiente para hacerme saltar a sus brazos y besarlo. El beso más sexy y pasional que haya tenido en mucho tiempo. De ahí llegar a la cama no fue muy difícil. 3 años antes. Había conocido a Axel hace tres años, cuando se mudo frente a mi casa. Me sorprendió el día que el gastado anunció de "se vende" ya no se encontraba en el jardín. El pórtico estaba repleto de cajas, había un Nissan rojo, sobre la cochera y habían retirado los periódicos de las ventanas. Al poco tiempo, descubrí que uno de los chicos nuevos de mi clase, era el mismo Axel Gonzáles, uno de los chicos más promiscuos de la universidad. Ambos entablamos una amistad, de inmediato hicimos una conexión especial. Éramos igual que uña y mugre, a donde fuera uno estaría el otro, así fuera la situación más jodida ahí estaría. Su madre, Karina, solía frecuentar mi casa, y yo frecuentaba la casa de Axel. Nada novedoso en ese entonces. Fui yo quien la había acompañado a la tienda de tatuajes por primera vez, quien la vio chillar mientras le ponían el pircing en la ceja. Y quien lo consoló cuando le rompieron el corazón por... extrañamente no sabía si era su primera vez, pero estuve a su lado. 2 años antes. - Becca yo no creo que seas horrible. Claramente ese chico es un idiota, y si un hombre solo te ha buscado por tu apariencia física déjame decirte que además de ser un cretino es un lamepollas, demasiado mísero para ti. Así que ya no llores. - Axel me estrujo en sus brazos. Con el tiempo mirar a Axel se convirtió en algo extraño, él salía con chicas, se acostaba con ellas, tomaba alcohol como si no hubiera un mañana. Por otro lado, yo esperaba a que regresara a casa y me hablara sobre sus ligues, los ligues que yo nunca tenía. Había una tensión sexual muy extraña, él era un sínico desconsiderado con las mujeres, y yo era una "santa", entre comillas. Desde la última vez que había perdido mi virginidad, no volví a concebir con ningún otro hombre. Axel y yo hacíamos de todo, menos lo que yo quería que hiciéramos. Era por eso que salía con otros chicos, chicos que no me atraían aún siendo estos los más amables, dulces, tiernos, considerados, que hubiera en el planeta. Pero ninguno era Axel, ninguno tenía un carácter de mierda, ninguno me miraba con esos ojos de borrego, ninguno tenía la personalidad de un niño, y sobre todo ninguno me hacía sentir lo que sentía por Axel. Por mi mejor amigo. Aun recordaba la primera vez que lo vi, me pareció un cretino, y aún lo es. Pero esté era un cretino diferente, mi cretino, mi mejor amigo. Y ahí estaba él, reconciliándome de mi segunda ruptura amorosa. Un cretino, Alan, el idiota me había llenado de ilusiones, anhelos, y sonrisas, pero ilusamente yo lo creí, no fue hasta que solamente me quiso llevar a la cama, y enterarme que solamente fui su apuesta. "Una de las chicas más horribles, demuéstranos que será fácil coger con ella", "sin que su perro guardián te parta la cara". Amables palabras de Sebastián. - Te prometo, Becca. Que Alan y sus amigos no volverán a ver la luz del día. - Y así lo hizo. - Si pasan dos años y ningún idiota te ama de verdad, entonces seré ese idiota. El idiota que te amará siempre, que iluminará tus días, el idiota que te hará feliz, "hasta el infinito y más allá".