Capítulo dos

2152 Words
Leo sostuvo su mano como el buen amigo que Alba recordaba que él joven era, tiro de su mano ayudándola a levantarse del suelo, ¿Qué tan mala era su suerte? ¡demasiada! Puesto que al tener tan mala suerte no solamente había sido la caída, sino la consecuencia que tuvo con esta misma, al intentar sostenerse noto un dolor fuerte prominente de su tobillo, su tobillo claramente se había torcido en el momento que piso mal una rama y por esto la dama termino cayendo, además del dolor insoportable, la lluvia había incrementado negándose a permitirles ver con exactitud hacia donde se dirigían, el camino era casi imposible de ver. ¿Tan mala es mi suerte? Parece que sí, justo en el momento en que mas necesito poder andar, me ha pasado de todo, realmente comienzo a pensar que es una maldición, el mundo entero me ha dado una hermosa y brillante luna llena, más no me ha dado suerte. —Duele, duele muchísimo, ¿Por qué tenia que pasarme esto justo hoy? —musito en voz baja la pequeña dama—¡Diablos! —exclamo tallando su tobillo en un vano intento por aliviar su dolor, pero sin obtener el resultado esperado. Leo sabía claramente lo mucho que debía estarle doliendo, por lo cual pensó que era el momento indicado para intentar hacerla entrar en razón, quizás el instante adecuado para convencerla, con un tono amable y cariñoso se comenzó a expresar—En casa hay vendas y cosas para las heridas, volvamos, se te puede infectar e hinchar la herida—propuso Leo, ciertamente la situación podría cambiar si tan solo hablaran, si Alba le demostraba al abuelo que no representaba ningún peligro para el clan, con toda seguridad pensaba que el viejo la salvaría sin dudarlo. —No estamos tan lejos, puedo llevarte cargando, regresemos, Alba. La joven dama no quiso ni siquiera reconsiderarlo, en el fondo tenia miedo de que al ser encontrada sin sentimientos su abuelo la entregara a ese varón desconocido, con miedo se comenzó a alejar mucho más, pensaba que si continuaba podía escaparse, realmente mantenía la esperanza, sin embargo, en algún punto de su larga caminata por el enorme bosque el dolor que sentía en su tobillo al apoyarse en el momento de dar un paso fue incrementando, no obstante, Alba se esforzó lo mas que pudo en seguir su camino, a medida que se iban alejando, la lluvia comenzó a empeorar cada vez más, pero no solo era eso, sino que los tropiezos y las caídas de la chica se hicieron cada vez mas frecuentes, inclusive su visión poco a poco se fue volviendo borrosa. Su resistencia estaba agotándose más pronto de lo que ella esperaba, esto es debido a que nunca había tenido la necesidad de caminar tanto, a diferencia de otros vampiros que nacían con sus habilidades y podían moverse libremente, la pequeña no podía hacerlo porque no era una vampira pura, Alba era algún tipo de mezcla con otra especie, era un ser concedido con amor sin importar las diferencias entre las razas que otros ven, y ni siquiera el abuelo sabia de que especie su madre se había enamorado, además todos aquellos seres que venían de una mezcla tardaban en adquirir sus poderes, de igual manera los mixtos que provenían de vampiros con otras especies se encontraban tres metros bajo tierra. Para todos los híbridos era muy distinto la manera en que adquirían sus poderes, algunos despertaban cuando se encontraban en situaciones de peligro, en otros de manera diferente, podría ser en momentos de alegría, sin embargo, existía la mínima posibilidad de que los adquirieran al instante en que cumplían 11 años, no obstante, para cada uno es muy diferente, puede que para unos sea a esa edad y para los demás un numero diferente. Alba siguió caminando hasta que no pudo más, junto a la pequeña, Leo caminaba sosteniendo su mano y no dejaba de intentar convencerla en regresar a casa, Leo era un año menor que ella y a pesar de esto él si tenia sus poderes, pese a que no eran la gran cosa, ya que su habilidad no era muy útil debido al tiempo en que funcionaba, Leo era capaz de copiar las habilidades de su oponente y usarlas en un tiempo máximo de 10 minutos, talvez en el futuro el tiempo de uso pudiera aumentar. En el tipo de situación en el que se encontraban ambos, resultaría seriamente peligroso hacer uso de esa habilidad, además Leo aun no recibía entrenamiento para aprender a pelear, algo que seguramente el desconocido si había recibido, probablemente el entrenamiento y la capacidad que tenía ese hombre era lo suficientemente fuerte para enfrentarse a cualquiera, sin duda alguna, el niño no era rival para el desconocido, Alba no podía, ni quería ponerlo en riesgo. Leo ¿vamos a estar bien?, si logramos escapar, estaremos bien ¿verdad?, tan solo necesitamos correr o caminar lo más rápido que podamos, más adelante podremos encontrar alguna carretera y pedir ayuda. —Sigamos así, Leo, más adelante podremos encontrar una carretera o un lugar para escondernos—musito la niña mientras caminaban tomados de la mano, por otro lado, Leo sabia a la perfección que no había tal cosa, la salida, la carretera era inexistente, tan solo era el cuento engañoso que él abuelo le dijo, ya que para tener acceso a esa carretera primero tenia que pasar la muralla que rodeaba todo el territorio. Al pasar por un camino estrecho una de las ramas de algún árbol se quedo enredada en la playera de su pequeño amigo, este joven si se dio cuenta, más no le tomo importancia, ignorando este hecho continuo su rumbo, al momento en que dio un paso mas la rama araño su espalda provocando una herida superficial, la cual a pesar de que no era nada grave comenzó a sangrar. Leo era consciente de la sangre, no obstante decidió no decirle nada a la niña y continuo en silencio con la caminata, incluso si él no comento nada acerca de la herida, Alba noto enseguida que el chico estaba herido, esto fue debido al olor de la sangre que emanaba de él, aun cuando ella antes varias veces había probado la sangre, esta le resultaba totalmente desagradable, la sangre de Leo parecía estar rancia y para nada apetecible, de igual manera se podía decir que el solo olerla le provocaba ganas de vomitar. —Vamos a detenernos aquí—menciono la dama tomando asiento en una de las ramas de un enorme y viejo árbol moribundo, volteo a verlo de manera nerviosa conteniendo su desagrado por la sangre y pregunto—¿Leo, te duele mucho? ¿es profundo? —su voz estaba llena de preocupación. Al verla de esta manera él sonrió, se acerco a ella con una sonrisa cálida en su rostro y acariciando la cabeza de Alba menciono seguro de si mismo—Estoy bien, esto no es nada—señalo su espalda y rio de manera burlona—pronto sanara, pero estoy mas preocupado por ti—sus ojos se dirigieron hasta la herida en el tobillo de ella, el tobillo estaba rojo e hinchado un poco, para este entonces el rostro de Leo mostraba una preocupación enorme. —No podrás seguir caminando, si lo haces, tu tobillo se pondrá mas hinchado, te va a doler más—se agacho un poco y observo la herida de cerca—es peligroso seguir caminando, tú estado es empeorara cada vez más. Mucho mas peligroso es quedarnos aquí, si ellos nos encuentran estaremos perdidos, habrán ganado lo que quieren, no podemos quedarnos, debemos continuar sí o sí. Alba le miro desde arriba y con una sonrisa tímida comenzó a expresarse—Estaré bien, voy a estar bien, seguro adquiriré mis poderes y podre sanar igual de rápido que tú—aseguro completamente esperanzada de que así seria, si el bosque le había regalado una enorme y hermosa luna llena, no era por una casualidad. —Estaremos bien—eso se lo susurro para si misma en voz baja intentando que su mejor amigo no la escuchara, lamentablemente, el chico la escucho a la perfección y lo único que en ese instante pudo hacer fue bajar la cabeza, sin saber la razón de su propia acción, no supo si era por vergüenza o culpabilidad. Probablemente era la segunda opción. … *En el otro lado del bosque* El hombre desconocido recorrió el inmenso bosque lo más rápido que podía, de vez en cuando casi chocaba con los árboles, sin embargo, no estaba dispuesto a detenerse, se negaba a rendirse hasta no tenerla en sus manos, este sujeto solo tenia una meta en su cabeza, la cual era atraparla. Su grandioso jefe seguro le daría una grande y glamurosa recompensa, atrapar a un vampiro es muy difícil debido a que desde su nacimiento son capaces de cuidarse asi mismos, sin embargo, los vampiros mixtos no son iguales, es complicado atraparlos siendo adultos, pero sino tienen la mayoría de edad es extremadamente sencillo el capturarlos, esto solo es gracias al proceso que ellos están obligados a pasar antes de convertirse en adultos y poder hacer uso de sus habilidades. La pequeña vampira de sangre mixta era un espécimen que, si o si necesitaba capturar con éxito, no podía permitirse ningún fallo el hombre, ya había llegado demasiado lejos como para fracasar. Luego de haber caminado cientos de metros cuadrados, lo único que podía hacer en este momento era agradecerle al hombre viejo por haber construido una malla alrededor de su territorio para evitar que el monstruo escapara. En el transcurso del camino desde lejos pudo escuchar las voces de dos niños, apresurado se acerco a uno de los arbustos más cercanos, lo abrió y acecho en medio de este, los había encontrado. Ahí estaban ambos chicos, ambos estaban junto a un viejo árbol, claramente estaban tomándose un descanso, con sumo cuidado el hombre rodeo por detrás de los arbustos y los árboles hasta que logro posicionarse justo detrás del sitio donde se encontraban ellos, su interés solamente recaía en la dama, lo único que le importaba era capturarla y colocarle los grilletes cuanto antes pudiera para evitar que pudiera herirlo, ignorando al chico a lado de ella se abalanzo encima de la niña. … Las manos de Alba pronto se vieron apresadas y aunque tiro para poder zafarse del agarre del hombre, el esfuerzo que realizo fue en vano, la fuerza del hombre no era común, o talvez si lo era y en realidad era ella quien estaba demasiado débil como para poder resistirse a él. Sino puedo salvarme, al menos Leo debe poder huir. Leo tienes que estar bien, tienes que salvarte si yo no puedo. —Corre, corre—grito a todo pulmón Alba, realmente deseaba que él estuviera a salvo—no mires atrás, solo corre, no dejes que te encuentre. —pese a sus palabras, ella nunca escucho los sonidos que hacen los pasos al alejarse, el chico estaba parado en silencio a una distancia del hombre y ella, simplemente observando el intento que Alba hacia por liberarse, en ningún momento se movió de su sitio, lo que mas sorprendió a la niña es que el hombre desconocido no mostro interés en él. —LEO, LEO, LEO—grito varias veces su nombre pensando que estaba en estado de shock por lo que estaba mirando—Ayúdame, Leo—los gritos que cada vez salían de sus labios eran ahogados, su garganta ya estaba totalmente raspada y cansada de gritar lo más fuerte que podía para hacerlo reaccionar sin obtener respuesta. Él siguió ahí sin moverse. El sujeto la forzó a ponerse un collar extraño, sin poder entender los sucesos en el momento en que liberada del agarre intento echarse a correr, pero no pudo la voz del hombre la hizo parar en breve—No puedes ir tan lejos—se hecho a reír el extraño mostrando un ¿llavero? —tienes que estar cerca de esto, sino, tendrás que soportar una descarga eléctrica como castigo. Leo, enfrente de ella solamente se limito a observar el suelo prácticamente en todo instante como si lo que estuviera pasando ante él no fuera real. Alba aun no podía creerlo—TÚ…—sus ojos se dirigieron hacia el chico completamente enojada y confundida. Narra Alba: ¡No! Simplemente no tiene porque ser de esta manera ¡No! No puede ser, me niego a creerlo. Ahora lo sé, lo entiendo todo, más me niego a verlo, no quiero que sea real, quiero que se una pesadilla. ¿Por qué eres tú? ¿Desde cuando inicio esto? ¿Cuándo fue que las cosas se tornaron de este modo, desde cuando la rama de nuestro árbol se torció? ¿Cuándo podre despertar de este horrible y tormentoso sueño engañoso?
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