Diario íntimo

1631 Words
Después de la cena, comienzo a leer mi diario sin parar. Es un libro de mi propia vida y la verdad es que está muy interesante. Lo raro es que de Rodrigo no hay casi nada, y eso que estuve enamorada de él por seis años. Lo único que decía de él eran cosas insignificantes, como "hoy me sonrío", "hoy rozó mi mano y no la voy a volver a lavar nunca más". Puras tonterías. Me dirijo a las últimas hojas. 15/12/2008 Hoy fiesta de egresados. Estoy súper dispuesta a decirle a Rodrigo que lo amo. Suerte para mí. Actualización: Todo salió mal. Absolutamente mal. No debería haber tomado de más, le vomité toda la camisa, me quiero morir. Nunca más voy a volver a verlo, me miró con una mueca de asco terrible y muero de vergüenza. El año que viene me voy a Buenos aires y voy a olvidarlo. Suspiro mientras cierro el cuaderno y las imágenes vuelven a mí mente. Esto es terrible, cada vez que me digo que debo mostrarme delante de él, recuerdo esa noche y se me va la valentía. Debe haber otro modo... Alguien toca la puerta desde afuera y mi hermano entra medio minuto después. Hace una mueca rara cuando me ve con el diario sobre mis piernas y sentada en mi cama con aspecto derrotado. —Perdón, hermana, leí tu diario cuando te fuiste —confiesa con temor. Arqueo las cejas y luego me encojo de hombros. —Bah, no importa, no hay casi nada. Ni siquiera está narrada mi primera vez. —Él se atraganta y me mira con expresión avergonzada. —Tampoco es que quería saberlo. —Sonríe—. ¿Fue con alguien del pueblo? —Me río y noto que se sonroja—. Sé que no me interesa, pero solo quiero saber si te trató bien quien haya sido. —Fue en Buenos aires, un compañero de la universidad y sí, me trató bien, no te preocupes. —Hago un gesto para que se siente en la cama a mi lado y lo hace—. ¿Entonces, qué leíste de mi diario? —Leí muchas cosas respecto al granjero. —Me río por el apodo que le dio—. Y pude deducir, como hombre que soy, que ese chico estaba interesado en vos. Y lo sigue estando. —Chasqueo la lengua. —Solamente fue amable y lo sigue siendo. No es nada de otro mundo. A ver, ¿en diez años no me va a olvidar? Sobre todo con lo último que pasó... —¿Vos pudiste olvidarlo en diez años? —cuestiona interrumpiéndome. Lo miro sin saber qué decir. —Sí, bueno, había temporadas en que lo recordaba, pero la mayoría del tiempo no pensaba en él. Es que ahora lo volví a ver y tuve sentimientos encontrados... Ya se me va a pasar, pero por favor, ayudame. No quiero que sepa que estoy acá —le ruego—. No puedo verlo cara a cara, con el rostro descubierto. —Está bien, Agus. Mirá, soy tu hermano menor, pero soy tu único hermano hombre y yo te protejo. Si querés que esto quede acá, soy una tumba, pero... —Resopla—. Ese muchacho te está esperando. —¡No me está esperando! Es amable. No significa que yo le gusto, pregunta por mí porque era su compañera de escuela, nada más, Sebastián —contesto exasperada—. No voy a verlo. —Bien, como quieras. Ya sos mayor y es tu decisión, espero que no te arrepientas de no haber arreglado las cosas con él cuando vuelvas a tu casa. Se levanta, me dirige una mirada de ansiedad y se va cerrando con un portazo. Suspiro y decido que mañana voy a quemar el diario íntimo para no dejar rastro de nada, ya no es importante esto que está escrito. Lo tiro contra la pared y justo cae abierto en una página que pasé de largo, una en la que tiene envoltorios de caramelo y una flor muy, muy seca. Me levanto para leer ese día y sonrío al recordarlo. 10/5/2007 El día de hoy Rodrigo me trajo una bolsita de caramelos y una rosa porque dijo que no le gustaba verme triste. Yo lloré de la emoción y él pensó que había hecho algo mal, así que empezó a contarme chistes malos que me hicieron reír. Es muy bueno y eso solo logra que me enamore aún más. Lo malo es que su novia se metió cuando lo vio conmigo y me dijo zorra y robanovios. Yo ni siquiera toqué a Rodrigo. Creo que va a ser una semana difícil. Resoplo mientras siento una lágrima resbalar por mi mejilla y me la seco con rapidez. Ese día Rodrigo fue tan tierno que por un momento pensé que él podía estar enamorado de mí, pero todo se arruinó cuando apareció esa loca. Ni siquiera recuerdo su nombre. Me acuesto y me pongo en una posición cómoda. Apago la luz del velador antes de dormirme pensando en esos ojos azules que tanto me gustaron. Nuevamente la gallina es mi despertador. Tengo pensado tirarle algo por la ventana para que me deje seguir durmiendo, pero me da lástima y termino levantándome temprano de nuevo. Como era de esperarse, mi familia ya está desayunando. Mi hermano intenta convencerme de ir de nuevo al taller y termino aceptando cuando dice que tiene el disfraz perfecto para mí. Me lleva a su habitación antes de mostrarme una peluca de pelo corto con una sonrisa. —¿Ese es el disfraz? —interrogo con expresión interrogante. Él asiente con la cabeza—. Creo que mejor me quedo. —Vos sabés que no vas a poder escapar de él, ¿no? Tarde o temprano vas a tener que enfrentarlo. El destino es inevitable. —Le dije a mamá que en navidad. Ahora tengo que hacer otras cosas, ¿tenés un encendedor? Tengo que quemar algo. —No me digas que vas a quemar tu diario. —Lo miro fijo y asiento con la cabeza—. No voy a permitir que hagas eso, para nada. ¡Son tus recuerdos! Deberías dejarlo, quizás lo podrías enterrar, pero no lo quemes, Agus. Rebusca algo en su cajón, me tira unos lentes de sol y un barbijo. —Hacé de cuenta que estás enferma y vamos al taller. Si querés saber lo que él realmente piensa sobre vos, más te vale aprovechar el tiempo —dice con seriedad. Ruedo los ojos. —Todavía tengo dos meses para averiguarlo, Sebas. No te preocupes. Prefiero ir a la biblioteca y a visitar a Malena. —Bueno, como quieras. —Suspira—. Perdón si estoy siendo intenso, pero me doy cuenta de que todavía te pasan cosas con él y no quiero que pierdas la oportunidad... Como me pasó a mí. —¿Qué te pasó? —cuestiono preocupada. Él tira su cabello hacia atrás—. O sea que detrás de ese mujeriego, hay un hombre que solo ama a una sola mujer. —Algo así. Ella es una chica preciosísima, pero perdí tantas oportunidades que ya se cansó de esperarme y ahora está con otro tipo, por lo que ahora pierdo tiempo con otras mujeres intentando olvidarla. —Bufa y mira hacia otro lado, haciendo de cuenta que busca algo, pero sé que es porque no quiere mirarme—. Por eso te digo que hables con él mientras puedas, no lo dejes ir. —Lo voy a pensar —comento antes de salir de su habitación y regresar a la mía. Decido echarle una última ojeada al diario. Estoy segura de que me salté varias partes y por ahí hay algo importante. 21/9/2007 Hoy festejamos el día de la primavera con los chicos del colegio. Malena me tiró sobre Rodrigo y quedé solo a centímetros de sus labios, pero no me quedó otra que alejarme, ya que lo noté incómodo y con eso supe que no le gusto. Ojalá tuviera la oportunidad de volver a empezar, de hacerme pasar por otra persona, de hacer de cuenta que nos enamoramos de a poco y que todo vaya mejor, como en las películas, pero creo que eso no pasará jamás. ¡Eso es! ¡La vida me está dando otra oportunidad! Quizás haciéndome pasar por Jazmín, pero siendo yo misma, haré que algo cambie en esta situación. Pero eso sí, me va a costar bastante por el hecho de que siempre me va a tener que ver con la cara cubierta y no creo que quiera aceptar eso. Intentándolo no pierdo nada, ¿pero funcionará? Agarro el "disfraz" que mi hermano me prestó y bajo los escalones de dos en dos, pero me doy cuenta de que ya se fueron. Mi mamá termina de confirmármelo cuando le pregunto. —Voy a llevar a Tesla a la plaza, entonces —digo—. ¿Dónde es? —Vas para la izquierda, son unas tres cuadras. Doblas a la derecha, dos cuadras más y ahí va a estar. Tienen señal, podés llevar tu computadora —replica con la mirada puesta sobre su tejido. —Bueno, en un rato vuelvo. Guardo mi notebook y teléfono en una mochila y salgo al patio para desatar al perro y ponerle la correa de paseo. Él se pone tan contento cuando salimos que me da la sensación de que lo sacan muy poco de la casa. Me va a extrañar cuando me vaya. Camino las cinco cuadras eternas bajo el sol, menos mal que me puse una gorra y sigo con los lentes de mi hermano, y llego al pequeño parque. Está tan desierto que me da algo de miedo, pero a la vez me hace sentir tranquila. Mi celular comienza a sonar sin parar cuando se conecta a la red libre y veo que son puras notificaciones de i********:. Varios mensajes de Delia con Lucas, algunos de Cristian deseándome suerte en el viaje y otros de compañeros de trabajo diciendo que está todo en orden. Agus/ 7:40 Delia, voy a matarte cuando vuelva a casa. Si no te hablo en unos días es porque no tengo señal. Besos a Lucas. Estoy por subir la foto de mi cara azul cuando una persona a lo lejos capta mi atención. Entrecierro los ojos y luego los abro con sorpresa. Oh, no. No él, por favor.
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