Estoy aterrada no por mi si no por lo que pueda pasarle a mi bebé, Daniel está como un loco y ahora me lleva a no sé dónde, pero estoy segura que de allí no saldré bien librada y temo por mi hijo que es todo lo que me importa en este momento. No sé cuánto tiempo llevamos en el auto ya que me lleva en el maletero, pero siento cuando el auto se detiene, tiemblo, tiemblo de miedo, pienso en lo que puedo hacer, pero no hay nada, nada que pueda hacer sin lastimar a mi hijo. - Sal puta – dice abriendo el maletero para luego tomarme del cabello y sacarme de un tirón. - Suéltame, puedo caminar sola – digo tratando de que no me haga daño, pero fallo en el intento ya que él me empuja haciendo que caiga al suelo sobre mi vientre. - Mide tus palabras conm

