Liesl esperaba impacientemente su servicio a la habitación. Cuando lo había ordenado, le habían dicho que tardaría un poco porque la cocina estaba atrasada debido al banquete y casi todos los huéspedes estaban ocupados, pero ya había pasado una hora, y ella quería desesperadamente el pastel y el vino.
Un golpe en la puerta y la voz de un hombre llamando al servicio de habitaciones la hizo saltar de la cama, tirando de la bata más cerca y abrió la puerta. Un caballero de aspecto amigable estaba allí sosteniendo una bandeja de plata y ella extendió la mano y la tomó de él con una sonrisa, poniendo algo de dinero en su mano. "Gracias".
"Yo lo llevaré", habló la voz de Isaias mientras empujaba al hombre, agarraba la bandeja de ella y caminaba hacia su habitación.
Ella suspiró y cerr
