1

682 Words
Tal vez no era normal tener ojos purpura, de hecho, no era nada normal. He estado usando lentes de contacto por tres años, debido a que no quiero que vean lo diferente que soy, fue difícil al inicio, pero me acostumbré. Ella me dejó este regalo o maldición como me gusta llamarle. Ojos color purpura y un tipo de magia que no puedo controlar cuando quiero. Es difícil vivir así. He evitado a mis padres por un tiempo debido a que estoy tratando de acostumbrarme. Pero me siguen presionando para ir a casa, sé que no puedo tenerlos así para siempre y tarde o temprano se darán cuenta que su hija ha cambiado. Suelo ir una vez al año. —¿Qué ha pasado contigo? —Susan ha notado mi cambio estos últimos años. Bebo de mi vaso de cerveza y trato de ignorar su pregunta, pero sé que no puedo evitarla para siempre. —Nada. —Mia, te conozco desde hace años ¿Qué rayos está sucediendo contigo? Ya no respondes mis mensajes, apenas no reunimos ¿Qué demonios está pasando? Ella estaba en lo cierto en molestarse. Hacía meses que estaba evitando salir con ella últimamente, le mentí en decirle que me había pasado todo el tiempo con mis padres, cuando en verdad fue que estuve en mi departamento encerrada, tratando de entenderme a mí misma aún sobre los poderes que ella había dejado en mí. Pero ya eran varios años y no lograba comprenderme. ¿Por qué me hizo esto? ¿pensó que estaba haciéndome un bien? Que jodido. —Lo siento, —logro decir. —he tenido algunos problemas con mis padres —miento. —Lo entiendo, pero al menos responde mis mensajes. Me preocupo por ti. Eres mi amiga. Te quiero, solo quiero saber que estas bien. ¿ok? —Susan era una chica genial, pero no podía contarle sobre lo que estaba pasándome. Se que su estado de vida no podría comprender todo esto o tendría un colapso. ¿Qué persona entendería que su mejor amiga se ha vuelto mitad demonio y mitad humano? Nadie. La conocía desde hace años, estaría en shock y después se alejaría o me ayudaría. No quería comprobar ninguna de las dos cosas. —Susan, lo siento. Te quiero, no volverá a pasar. —mentí. La verdad que no sabía que rayos iba a pasar conmigo. Pero de algo estaba segura, es que ella iba a volver por mí. Ella me lo prometió. *** Otro año había terminado, y no sabía sobre ella. Fui a casa con mis padres, porque en realidad no tenía con quien más pasar fin de año. Ellos estaban igual de preocupados que Susan. Los entendía, siempre mantuve mis lentes de contacto conmigo, para que no sospecharan. Se que después de lo que pasaron conmigo hace unos años, no quería que estuvieran más preocupados por mí. Actuaba normal, y sentía que por primera vez tenía una vida normal. Una gran mentira. No era normal. Nada en mi vida tenía nada de normalidad. Era una persona que había sufrido mucho en su infancia, estaba destrozada. Era un ser humano débil, que estaba tan desgastado de la vida. Y había llegado a mi límite. —¿Cómo van tus libros? —había firmado contrato con una editorial mientras estaba en la universidad para publicar mis libros en Australia, iban bien. Había ido a unas conferencias para firmas de libros, he ido a unas editoriales de igual forma. El libro estaba en superventas en New York Times, lo cual era bueno. Se había traducido a más de veinte idiomas en el mundo. En unos de los rankings más leídos de Young adult. Mi carrera de escritor iba bien, pero mi vida personal iba de lo peor. Era una mierda. Y todo iba en pique, porque la vida estaba en mi contra. No era suficiente con mi vida amorosa de mierda, y que los demonios me siguieran desde que era una niña. Estaba destinada a la miseria. Hasta que llegó él. Y me salvó, o pensé que lo hacía.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD